Las Farc y el Día Nacional de Víctimas

Óscar Sevillano
28 de marzo de 2019 - 09:00 a. m.

Se aproxima el 9 de abril, Día Nacional de las Víctimas del Conflicto Armado, donde representantes de esta población, hablan para todo el país en la plenaria de cámara y senado del Congreso de la República. En esta ocasión la sesión tendrá un ingrediente que lo hará más especial: Por primera vez, los congresistas del partido Farc estarán presentes en el Capitolio, y en silencio deberán escuchar los reclamos de las víctimas que les hablarán de cara al país, quienes con seguridad reclamarán justicia, verdad y reparación.

En este escenario las Farc deberán demostrarles a las víctimas, que tanta disposición tienen para atender los reclamos de las personas a quienes causaron daño de manera directa y de manera indirecta. Aquí no habrá espacio para réplicas, tampoco habrá espacio para controvertir versiones, porque el escenario está dado únicamente para escuchar a los colombianos que fueron afectados por el conflicto.

No sé si Victoria Sandino, Pablo Catatumbo, etc., estén  preparados para esto, en donde habrá colombianos que les hablarán calmadamente, pero donde no faltarán los que de manera beligerante les culparán de todo cuanto les ha sucedido, desde el momento en que a sus seres queridos se les asesinó, secuestró, se les desapareció, se reclutaron a sus hijos, sus hijas fueron violadas, etc., y teniendo en cuenta que la presidencia del Congreso de la República está en manos del Centro Democrático, no me extrañaría que quienes participen en nombre de los miles de colombianos afectados por la guerra, no sean precisamente las  víctimas que dijeron Si a los acuerdos firmados en la Habana, sino más bien las víctimas que no estaban muy felices con lo pactado y haciendo uso de su legítimo derecho, dijeron No a la paz con las Farc.

Como quiera que sea, el 9 de abril las Farc deberán demostrarle al país que en realidad tienen disposición total para con las víctimas y de atender su legítimo reclamo. Por lo anterior, el país no vería con buenos ojos, que en los momentos en que estas personas se dirijan a la plenaria del Congreso, los senadores y representantes del Partido Farc, se les dé por retirarse.

Insisto, las Farc no pueden esperar únicamente felicitaciones y abrazos por haber dejado las armas, porque fue mucho el daño que causaron a miles de colombianos, que con razón esperan una respuesta a sus inquietudes y claman por justicia. Pasarán muchos años para que las personas que sufrieron en carne propia la barbarie de una guerra de más de 50 años, les vean con buenos ojos.

Lo primero que deben demostrar quienes dejaron las armas y abandonaron la clandestinidad, es demostrar humildad y reconocer una y mil veces el mal que hicieron, trabajando por reconstruir el tejido social roto, como consecuencia de una larga confrontación que desató una ola de violencia de enormes proporciones.

Todo lo anterior lo deben ejecutar con una total constancia, de lo contrario jamás obtendrán la confianza necesaria de los colombianos.

Por ahora las Farc tendrán que pasar por la prueba que les pone la celebración del 9 de abril, es decir enfrentar los justos reclamos de las víctimas del conflicto armado, quienes lo harán, y no precisamente de manera calmada.

 

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