Las preocupaciones de Germán Vargas Lleras

Cristo García Tapia
27 de febrero de 2020 - 03:00 a. m.

"La agudeza visual de esta época sirve para distinguir las cosas en medio del atolladero" - Joseph Brodsky, poeta.

Desde luego, no son las existenciales de las cuales voy a referirme en esta columna. Esas son de su intimidad, de sus estados emocionales y honduras; de aquello que alguien, en rapto de poder, llamó “encrucijada de alma”.

Es, de cuanto en no siendo personal, nos incumbe a muchos colombianos, ojalá a todos, preocupados por el estado de la nación, por sus rumbos y trayectorias, de cuanto aludiré; por el hacer de un país, lo colectivo, en el que apenas si se avanza del brazo de la inercia y de los variables humores de quienes lo conducen por las alamedas y atajos de la administración y gestión de la res pública.

Que bien pueden ser las obras públicas, vías nacionales, puentes, canales fluviales, viviendas de interés social, placa huellas, acueductos y alcantarillados rurales, entre tantas de unas y otras que aún quedan por construir aquí en la tierra, en Colombia, y que son prioritarias y deben ejecutarse a la mayor brevedad para solventar apremiantes necesidades y demandas largamente insatisfechas de nuestros terrícolas.

Ya quedarán, después de haber satisfecho buena parte de éstas, tiempo y presupuestos para ejecutar aquellas allende la tierra, mares y ríos de esta patria colombiana, las del espacio, que no es que resulten innecesarias y superfluas, solo que no son prioritarias por cuanto hay alternativas múltiples en el mercado que dan en suplirlas a menores costo y riesgo, y reduciendo a sus “justas proporciones” el peaje ineludible de la corrupción.

De esas preocupaciones que, no son solo de Vargas Lleras, pero él las hace públicas en sus columnas de El Tiempo, es que los colombianos nos sentimos convidados, y hasta esperanzados, que el presidente Duque también se haga doliente y que, ahora que Vargas Lleras y su partido Cambio Radical son sus aliados, no apruebe, por no ser conveniente ni de urgencia manifiesta para Colombia, la inversión de 350 millones de dólares en un satélite, “un juguete caro”,  que “ni siquiera estará en capacidad de proveernos los servicios de telecomunicaciones y de navegación”.

Del mismo tenor, y por los días del título del “primer lugar mundial en corrupción” endosado a Colombia, Vargas Lleras se ocupó en su columna del Domingo 9 de febrero de 2020, de otro tema no menos importante y del interés de muchos colombianos, de seguro la mayoría, también objeto de las preocupaciones del excandidato presidencial, exministro y exvicepresidente: el proyecto del metro para Bogotá y el consecuente proceso de selección de la firma china Chec, las debilidades estructurales y la entredicha adjudicación a tal empresa del contrato, en tiempo record, para adelantar tan portentoso, costoso y encomiable proyecto de movilidad.

Pues bien, resulta que dicha firma, según sostiene Vargas Lleras, y tiene cómo saberlo y conocerlo de fuente confiable, fue escogida en 20 días por “un equipo improvisado y de cuestionada experiencia”, del mismo modo que la adjudicación de la interventoría estuvo viciada de “puerta giratoria”, razón por la cual, al escribir de Vargas Lleras, es muy posible que también se alce, la misma firma, con los “estudios de ingeniería de detalle”, y otras adehalas de alto valor contractual y poca confiabilidad.

Razón para sus muchas preocupaciones tiene el exministro y columnista, y en ellas lo acompañamos muchos colombianos: a la Chec, según Vargas, se le adjudicó en 2015 una Vía 4G por valor de 2,5 billones de pesos, y a la fecha, “cuatro años después de firmado el contrato, el avance real de la obra es tan solo del 14%”, caso sobre el cual ya abrieron investigación la Contraloría y la Procuraduría por denuncia suya.

Esas, que no son de menor cuantía, son preocupaciones que deben movernos a todos los colombianos a actuar de manera imperativa, y no solo a Vargas Lleras, a Petro y a los bogotanos, en el caso del metro y la Chec.   

Todos y en todas las esferas de la vida de la nación, en el Congreso, en la academia, en los gremios, en los partidos, se nos impone la /agudeza visual/, la preocupación colectiva por la transparencia y la correcta inversión y ejecución de los dineros y presupuestos públicos.

* Poeta.

@CristoGarciaTap

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