Sobre el decreto que envía tutelas contra Presidencia al Consejo de Estado
Después de 30 años va siendo hora de que nos tomemos en serio la Constitución. Ese pacto político exige la independencia del juez y la garantía ciudadana contra la arbitrariedad estatal. Cómo es posible que un ministro de Justicia, que ha sido magistrado y ha representado la dignidad de la justicia, actúe de modo tan genuflexo ante el Poder Ejecutivo y desconozca el valor de la independencia judicial. El hecho de que el Ejecutivo elija el juez para la revisión de sus eventuales arbitrariedades no puede calificarse sino como acto de barbarie.
Lo menos que podemos decir es que cuando uno mismo define quién es el juez de sus actos, perfectamente se puede usar la metáfora de estar amarrando el perro rabioso con salchichas.
Solo nos queda esperar la sensatez de la Sección Primera del Consejo de Estado, que anule el decreto por ser flagrantemente inconstitucional y que lea el texto constitucional que impone controlar la arbitrariedad.
Bernardita Pérez.
Pero ajá...
Cuando Cartagena se aprestaba para elegir a su alcalde N, luego de varios períodos fallidos, en un noticiero de TV le preguntaron a alguien lo que opinaba del candidato más opcionado: “Pue’, sabemo’ que e’ un ladrón, pero ajá...”. Esa expresión coloquial del ajá, tan costeña y tan expresiva, podría ser extrapolada a todo el país. No pasa un día sin que desde las altas esferas oficiales estemos recibiendo todo tipo de desaguisados, ridiculeces, declaraciones absurdas, decisiones innecesarias, mentiras, actitudes desafiantes, contradicciones flagrantes, expresiones peyorativas y, en general, manifestaciones de mal gobierno, y nadie parece enterarse. Parece que todos, con esa actitud pasiva, estuviéramos pensando: “Sí, qué mal gobierno, pero ajá...”.
Diego Hoyos Duque. Medellín.
Sobre la libertad de cátedra
A los docentes se les pide que realicen investigación con sus estudiantes, que estos aprendan a realizar análisis críticos en sus propios contextos, pero hay temas que son piedras en el zapato, tallan y, por lo tanto, son “temas sesgados”. Ese es el problema de la educación pública, por eso la quieren acabar poco a poco, empezando por Fecode.
Arturo Aragón.
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com
Sobre el decreto que envía tutelas contra Presidencia al Consejo de Estado
Después de 30 años va siendo hora de que nos tomemos en serio la Constitución. Ese pacto político exige la independencia del juez y la garantía ciudadana contra la arbitrariedad estatal. Cómo es posible que un ministro de Justicia, que ha sido magistrado y ha representado la dignidad de la justicia, actúe de modo tan genuflexo ante el Poder Ejecutivo y desconozca el valor de la independencia judicial. El hecho de que el Ejecutivo elija el juez para la revisión de sus eventuales arbitrariedades no puede calificarse sino como acto de barbarie.
Lo menos que podemos decir es que cuando uno mismo define quién es el juez de sus actos, perfectamente se puede usar la metáfora de estar amarrando el perro rabioso con salchichas.
Solo nos queda esperar la sensatez de la Sección Primera del Consejo de Estado, que anule el decreto por ser flagrantemente inconstitucional y que lea el texto constitucional que impone controlar la arbitrariedad.
Bernardita Pérez.
Pero ajá...
Cuando Cartagena se aprestaba para elegir a su alcalde N, luego de varios períodos fallidos, en un noticiero de TV le preguntaron a alguien lo que opinaba del candidato más opcionado: “Pue’, sabemo’ que e’ un ladrón, pero ajá...”. Esa expresión coloquial del ajá, tan costeña y tan expresiva, podría ser extrapolada a todo el país. No pasa un día sin que desde las altas esferas oficiales estemos recibiendo todo tipo de desaguisados, ridiculeces, declaraciones absurdas, decisiones innecesarias, mentiras, actitudes desafiantes, contradicciones flagrantes, expresiones peyorativas y, en general, manifestaciones de mal gobierno, y nadie parece enterarse. Parece que todos, con esa actitud pasiva, estuviéramos pensando: “Sí, qué mal gobierno, pero ajá...”.
Diego Hoyos Duque. Medellín.
Sobre la libertad de cátedra
A los docentes se les pide que realicen investigación con sus estudiantes, que estos aprendan a realizar análisis críticos en sus propios contextos, pero hay temas que son piedras en el zapato, tallan y, por lo tanto, son “temas sesgados”. Ese es el problema de la educación pública, por eso la quieren acabar poco a poco, empezando por Fecode.
Arturo Aragón.
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