El nombramiento de Leonardo Villar como nuevo gerente del Banco de la República es un hecho positivo. Se trata de un profesional con todos los méritos para desempeñar esta responsabilidad y de un ser humano con una vocación social evidente. De esta manera, la junta directiva del Banco ha cumplido con su función de actuar con la independencia que la caracteriza, pues Villar se impuso al ministro Alberto Carrasquilla, que era el candidato del Gobierno. De esta manera, el diseño institucional que le asignó una especial autonomía al emisor ha demostrado sus bondades, motivo por el cual los integrantes de la junta merecen una especial felicitación al votar en conciencia sin dejarse afectar por las presiones políticas.
El nuevo gerente, una vez asuma el cargo, en enero, en reemplazo de Juan José Echavarría, tiene el reto de preservar la independencia del Banco sin dejar de mantener la coordinación con el Ministerio de Hacienda, lo cual es imprescindible para enfrentar los desafíos generados por la pandemia. El principal de ellos, el derivado de la situación fiscal. La línea sobre la cual el gerente va a tener que caminar es bien fina. Por una parte, el elevado déficit fiscal y el alto nivel de endeudamiento pueden llevar a la pérdida del grado de inversión y con ello a la necesidad de una política de tasas de interés altas, necesaria para mantener las inversiones en el país. Por otra parte, es vital una política de tasas de interés bajas sobre la cual construir la reactivación de la economía y así dejar atrás los efectos de la pandemia. ¿Cómo compaginar las dos, con fuerzas que se mueven en direcciones contrarias? Ese es uno de los muchos retos que deberá enfrentar Villar durante su gestión.
Estos son tiempos difíciles, de crisis, con decisiones importantes que se deben asumir en el plano económico, que requieren tener las más sólidas bases, así como la mayor credibilidad y el reconocimiento de la ciudadanía sobre su conveniencia y sostenibilidad. Pero en las crisis, como suele suceder, están las oportunidades, por lo cual es imprescindible que tanto el Ministerio de Hacienda como el Banco trabajen de manera conjunta para mejorar el bienestar de la población.
La experiencia profesional de Villar demuestra que se formó junto a algunos de los economistas más importantes de este país. Ha trabajado en reconocidas instituciones, como el Centro de Estudios para el Desarrollo Económico (CEDE), de la Universidad de los Andes, de la cual es egresado. Hizo un posgrado en la London School of Economics y adelantó estudios de doctorado, aunque no presentó la tesis. Estuvo en Bancoldex, fue viceministro de Hacienda, estuvo en la junta directiva del Banco de la República, fue vicepresidente de Estrategias de Desarrollo y economista jefe del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), director de Fedesarrollo y en la actualidad se desempeña como representante de Colombia ante al Fondo Monetario Internacional (FMI), en Washington. Con esta hoja de vida, queda claro que este economista tiene el suficiente palmarés para continuar con la tradición de seriedad y carácter técnico de los gerentes del emisor.
Otra de las importantes labores que desarrolla el Banco de la República tiene que ver con la Red de Cultura, no solo por el Museo del Oro, el Museo Botero y la Biblioteca Luis Ángel Arango, sino por las demás actividades vinculadas con las artes en general. En este periódico presentamos hace un par de años un perfil sobre la formación humanista, vinculada a las artes y la lectura, que han hecho parte del quehacer de Leonardo Villar desde su infancia. Es este otro aspecto en el que, esperamos, contribuya a la buena gestión que se espera del nuevo gerente, para continuar con la tradición que han dejado sus predecesores.
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