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Notas de buhardilla

“Lettres de cachet”

Ramiro Bejarano Guzmán
31 de mayo de 2020 - 05:00 a. m.

El cuento de los primeros 100 días de un gobierno no es cosa nueva. Napoleón también vivió su campaña de los 100 días, cuando luego de huir de la isla Elba, donde estaba exiliado y prisionero, reconstruyó su ejército y retomó el gobierno, el cual solo duró hasta su desastre en Waterloo. El presidente estadounidense Roosevelt introdujo como un período de gracia los primeros 100 días de su gobierno, y desde entonces, tanto en los Estados Unidos como en el mundo occidental, se entiende que todo gobernante en ese breve lapso deja sentadas las prioridades de lo que será su gestión.

Nunca antes habíamos asistido a la experiencia de un fiscal haciendo ruido mediático al completar sus primeros 100 días en el cargo, porque ese ejercicio suena estrambótico y jactancioso en quien desempeña labores judiciales. Es como si un magistrado convocara ruedas de prensa para anunciar sus logros en los primeros 100 días, o para autoponderarse, como lo hizo Barbosa al sostener, con preocupantes síntomas de egolatría, que está “haciendo historia”, lo cual no necesariamente significa que sea buena, porque también otros han hecho historia pero de la mala, como Hitler, Pinochet, Rafael Leonidas Trujillo, etc.

Lo que se le está viendo como norte a Barbosa en sus primeros 100 días recuerda las temidas lettres de cachet (cartas selladas) del Antiguo Régimen francés. Estas cartas son tristemente recordadas porque consistieron en un instrumento de la monarquía absoluta a través del cual el rey ordenaba, sin control alguno, destierros, encarcelamientos, etc.

A pesar de que el fiscal ahora pregona que no milita en ningún partido político después de que pasó por todos, lo cierto es que su cercanía con los intereses del Gobierno es inocultable. Un fiscal debe preocuparse por hacerse creíble, confiable y respetable, no temible, porque ese es el reino de la arbitrariedad.

Barbosa ha dado señales de ser un ejecutor obsecuente de las órdenes del Gobierno. Para empezar, el subpresidente Duque le impartió en la propia posesión como fiscal la instrucción de establecer la verdad sobre el crimen de Álvaro Gómez, y ese perentorio y abusivo mandato no ha caído en el vacío, a juzgar por la visceral campaña mediática de buscar el ahogado río arriba, ejecutada con odios políticos y resentimientos personales por la más rancia ultraderecha.

Más tarde la Fiscalía anunció la apertura de una indagación preliminar contra Claudia López, a quien quieren encarcelar por desatender las restricciones del aislamiento obligatorio. Esta jugadita no les prosperó, porque la Corte Suprema, al examinar el mismo cargo en relación con la senadora Angélica Lozano, acompañante de la alcaldesa, dijo que tal conducta no merecía reproche punitivo.

Y lo último que nos han dejado ver estos primeros 100 días es que el fiscal está nestorhumberteando. Olvidó declararse impedido para investigar la financiación de la campaña presidencial de Duque, a pesar del gigantesco impedimento que en él se configura pues hizo parte de la misma y además del Gobierno. El resultado no puede ser peor. De una conversación del Ñeñe Hernández, en la que se alude a la contribución de unos mineros a la campaña de Petro, la cual no sugiere la ocurrencia de un ilícito, el fiscal cree que sí y anuncia que investigará al senador a pesar de que no es competente para ello. El país político que está a la espera de la investigación a la cuestionada financiación de la campaña presidencial de Duque recibió muy mal este anuncio nada inofensivo, como lo cree el fiscal, quien supone que como una simple indagación no es una condena puede usar y abusar de ella, en especial si es contra quienes no son de su agrado político o personal.

He allí la marca de la Fiscalía duquista. Indagar por indagar para lesionar prestigios y poner en la picota la honra ajena, especialmente la de críticos y opositores, frente a los cuales los impedimentos no valen.

Si así ha sido el comienzo, ¿cómo irá a ser el final?

Adenda No 1. La pregunta no es por qué le suprimieron a la Caya Daza el esquema de seguridad pagado por el Estado, sino ¿por qué lo tenía?

Adenda No 2. Bienvenido el proyecto de ley con firmas para modificar el programa Ingreso Solidario y crear una renta básica de emergencia que garantice vida digna a los colombianos.

notasdebuhardilla@hotmail.com

 

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