Ley de sometimiento y narcotráfico

Felipe Zuleta Lleras
15 de julio de 2018 - 02:00 a. m.

Sancionó esta semana el presidente de la República la ley de sometimiento de los grupos al margen de la ley. Conviene recordar que alias Otoniel, del otrora llamado Clan Úsuga, pidió hace unos meses que se le permitiera someterse a la justicia.

Como su grupo hay muchos en Colombia, en su mayoría dedicados al narcotráfico, otros al contrabando y los demás a la minería ilegal. Entonces surgen algunas dudas sobre cuántos delincuentes realmente se acogerán a ese sometimiento masivo. Tengo serias vacilaciones sobre la aplicación de esta ley, pues en tanto haya consumidores de cocaína habrá cultivadores de coca y quienes la procesen y la exporten.

Coincido con lo que tantas veces ha dicho el presidente Santos, y es que la guerra contra el narcotráfico fracasó. Colombia se ha quedado sola en esta guerra, pues los recursos del Estado, pese a todos los esfuerzos y los cientos de toneladas de cocaína incautadas, el negocio sigue siendo muy rentable. Miles de hectáreas de árboles de coca (209.000 el año pasado) muestran sin lugar a dudas que la sustitución de cultivos voluntaria falló y, de contera, la producción de cocaína aumentó.

Por todo esto es que estoy escéptico sobre el éxito que pueda tener esta ley de sometimiento. Es posible que muchos de los delincuentes se sometan, pero en tanto haya un negocio rentable, llegarán a sucederlos otros dispuestos a arriesgarse a cambio de enriquecerse rápidamente.

Que desgracia la de Colombia que parece nunca podrá salir del conflicto, de la violencia. En diferentes épocas y por distintas razones el país ha vivido en una guerra permanente. Por supuesto que en los últimos 30 años lo ha sido como consecuencia del narcotráfico y lo será, ojalá no por muchas décadas más.

Por supuesto que esta ley de sometimiento es buena, ya que no cabe duda que entre menos criminales estén armados delinquiendo podemos soñar con vivir en un país mejor. Quienes critican esta ley dicen que la misma tiene origen en la incapacidad del Estado para acabar con los grupos al margen de la ley. Prefiero verla con otros ojos y es la de creer, así sea remotamente, que algún día podremos vivir en un país en paz. Si se concreta la paz con el Eln y se logran los sometimientos a los que nos hemos venido refiriendo, no me cabe la menor duda de que las cosas mejorarán después de tanta violencia. ¿Será que estoy muy optimista?

Notículas. 1. ¿Y desde cuándo mi gran amiga y colega Vicky Dávila dejó de ser periodista, periodista? ¿Desde que la botaron de RCN o desde que hace mandados….?

2. Falleció esta semana el abogado, profesor y expresidente de la Corte Suprema Augusto Ibáñez. Tuve la oportunidad de conocerlo como persona, además de como abogado. Fue un hombre inteligente, preparado, honesto y, además, lleno de buen humor. Grandes batallas por la ética y la juridicidad de este país dio el profesor Ibáñez. Nos hará falta este gran señor, más a quienes lo conocimos y lo admiramos. ¡Paz en su tumba!

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