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Comunidad y desarrollo

Llegó diciembre con su alegría

Uriel Ortiz Soto
02 de diciembre de 2020 - 03:00 a. m.

El mes de diciembre es para reflexionar y poner en orden nuestras vidas. Aun en medio de incertidumbres y tragedias, nos trae renovación y esperanzas.

También es la preparación para iniciar el nuevo año que se avecina. Por tal motivo, debemos recibirlo con optimismo, con mente abierta, sin odios, ni rencores.

Es bastante decepcionante ver cómo en esta época, en algunos lugares de nuestra patria, se da rienda suelta a lo pecaminoso, de donde muchas veces se derivan actos vandálicos y de violencia durante la Navidad y la llegada de un nuevo año.

Es el mes propicio también para pedir perdón a quienes durante el año que está por terminar les dimos disgustos, por causas meramente de origen comunitario o asuntos baladíes.

Aun en medio de las dificultades que estamos padeciendo, causadas por los estragos de la pandemia de COVID-19 y la ola invernal, robemos un poco de alegría a nuestras tristezas y preocupaciones, y recibamos el mes de diciembre con sano esparcimiento en el seno de nuestros hogares.

Los hogares donde se construirá el pesebre y rezará la novena, para pedir al todopoderoso que queremos reencontrarnos con el Niño Dios, a quien todos los católicos y cristianos le profesamos sumisión y obediencia, pues desde el momento mismo de su nacimiento imprimió un sello de humildad, pulcritud y grandeza para ser el salvador de la humanidad.

No olvidemos que la Navidad es una festividad religiosa que nos hace pensar y reflexionar sobre todos los actos de nuestra vida, sobre lo bueno que hemos hecho, pero también las malas acciones que en momentos de desenfreno, por vaguedad o intolerancia, cometemos.

Son miles los hogares que en este diciembre están de luto, entristecidos y abrumados, pues las tragedias antes mencionadas tocaron a sus puertas, arrebatándoles uno o varios de sus seres queridos.

No podemos ser ajenos a las duras realidades que se están presentando en nuestro país, con la pandemia del COVID-19, el huracán Iota que prácticamente arrasó con el archipiélago de San Andrés y Providencia, y la ola invernal que está azotando varias regiones. Sin embargo, aunque todas estas tragedias han afectado la economía y en varios hogares existe la incertidumbre por la pérdida de empleo, debemos tener fe en el futuro, pues Colombia, como lo dicen destacados analistas, es un país privilegiado que siempre sale adelante en medio de las dificultades.

Por eso, la mejor recomendación es celebrar las festividades navideñas y el nuevo año recogidos en nuestros hogares, con el fin de evitar aglomeraciones que son una de las principales causas de transmisión y contagio del COVID-19.

La quema de pólvora y el consumo de licor son otros factores que nos pueden traer desgracias, porque muchas veces se abusa de estos dos elementos, causando muertes y heridos, poniendo en aprietos a sus familias.

Sobre los horizontes de nuestra patria también se avizora que el 2021 será un año de enormes dificultades, razón por la cual debemos prepararnos para que su llegada sea lo menos traumática posible.

Lo anterior se logra con innovaciones, con confianza en Dios y en el futuro que nos espera. Por eso, es muy importante pensar en proyectos productivos en medio de las dificultades. No creamos que todo es imposible; ante las enormes dificultades, siempre hay una luz de esperanza al final del túnel.

La Navidad es la presencia de Dios en primavera,

Es el encuentro de amor en nuestros hogares,

Es la presencia del mendigo en nuestras vidas

Y es la esperanza del desvalido que te implora.

urielos@telmex.net.co

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Atenas(06773)02 de diciembre de 2020 - 04:22 p. m.
¡Así sea! Sólo la grandeza de las aspiraciones y propuestas conduce a tan excelente texto e intenciones. Amén.
Periscopio(2346)02 de diciembre de 2020 - 02:36 p. m.
Con mucha emoción yo aplaudiría la hipócrita columna de Uriel Ortiz si no recordara que es el más fanático apologista mediático del narcoparaco que tiene a nuestra patria vuelta mierda.
  • Atenas(06773)02 de diciembre de 2020 - 04:22 p. m.
    De la fetidez de este tipo, julio, cuya sordidez le anda parejo, fácil es deducir de cuál alcantarilla proviene. Y sin dudas es enviado de las miasmas del petrismo, pero poco ya nos importa o interesa, pues en las próximas elecciones les pasará lo mismo. Y asi los seguiremos llevando hasta el abismo.
Periscopio(2346)02 de diciembre de 2020 - 04:12 p. m.
En ésta navidad las victimas no serán por la pólvora, el licor y los atracos sino por la coronavidad, y con la complicidad de sus propias victimas. !Ay mi patria, tan bella pero tan boba!
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