Lo de los vikingos no es casualidad

Antonio Casale
16 de junio de 2018 - 08:02 p. m.

Acostumbrados a vivir bajo circunstancias climáticas inclementes, lo que pone a prueba constantemente su capacidad de adaptación y les disminuye el miedo a todo, los vikingos de Islandia no mostraron el más mínimo temor ante el talento de Messi o el fútbol amenazante de Mascherano. Pero lo logrado ayer ante Argentina no es consecuencia de la casualidad.

Hace quince años el gobierno de Islandia se mostró preocupado ante las alarmantes cifras del aumento de consumo de drogas y alcohol entre los más jóvenes. Fue así como por política de estado decidieron apostarle a un deporte para construir una escala de valores diferente. El fútbol, que recoge disciplina, constancia, compromiso, trabajo en equipo y sacrificio fue el escogido. Llevaron entrenadores suecos para construir la estrategia, hicieron canchas artificiales en el difícil terreno islandés, armaron semilleros para jugadores y capacitaron a los más adultos para que se apasionaran por el oficio de entrenador. Hoy son 400 directores técnicos que cuentan con la escarapela de la UEFA que los avala como tal, cuentan con una liga cada vez más profesionalizada y la mayoría de los integrantes de la selección trabajan en Suecia, Holanda, Noruega y Escocia. Los mejores en Italia e Inglaterra.

La actual generación tiene mucho de autodidacta. El arquero Halldorsòn, antes de ser jugador era director de cine. Hay importadores de vino, agricultores y economistas convertidos a futbolistas. Hallgrimsson, el entrenador, odontólogo de profesión, atiende pacientes en la mañana, entrena en las tardes y se reúne con los hinchas en los bares para enseñarles de táctica y estrategia mientras se toman unas cervezas.

Los mal contados 15.000 aficionados que están en Rusia suponen una desocupación del cinco por ciento de una población de humanos que se ve doblada por la demografía de ovejas. Hay poco más de 600.000 de estos cuadrúpedos en su geografía, casi dos por persona. Por eso cuando terminó el partido los jugadores fueron a la tribuna a encontrarse con caras conocidas. Vecinos, familiares y amigos del colegio se refundían entre una multitud que no era anónima para ellos.

En la cancha mostraron orden defensivo y un poco de ansiedad ofensiva aunque con eso les alcanzó para marcarle un gol a la terrible defensa argentina, también mucha tranquilidad. Total lo de dar sorpresas ya es toda una costumbre nacional. Hace un par de años tumbaron a Inglaterra en la Euro después de haber empatado con Portugal en la fase de grupos. Seguro no serán campeones del mundo aunque sí de los corazones de los que vamos más allá de los resultados. Los vikingos representan el espíritu amateur de todos los que algún día quisimos ser futbolistas y no pudimos. Es algo así como un equipo de barrio que llegó a jugar un mundial.

 

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