Publicidad

Lo que está en juego en Brasil

Columnista invitado EE
07 de octubre de 2014 - 01:25 a. m.

“¿Y ahora, José? la fiesta acabó, la luz se apagó el pueblo desapareció, la noche se enfrió, ¿y ahora, José? ¿y ahora, tú?”.

El resultado impredecible de la primera vuelta de las elecciones de Brasil cuestiona la eficacia de las encuestas de opinión realizadas por las grandes encuestadoras del país, históricamente muy precisas.

Durante los últimos días Dilma Rousseff y Marina Silva fueron señaladas como las líderes del proceso electoral; incluso se decía que Dilma Rousseff podría vencer en la primera vuelta. En las horas anteriores a la votación se empieza a hablar de un empate técnico entre Marina Silva y Aécio Neves. No obstante, cuando se divulgan los primeros boletines oficiales —mediante uno de los sistemas electorales más modernos—, Marina Silva estaba por fuera de la segunda vuelta y entre Dilma Rousseff y Aécio Neves había una diferencia de solamente 8.0 puntos.

¿Qué puede explicar la caída vertiginosa de Marina Silva y la recuperación sorpresiva de un candidato que no había sido considerado como ganador ni por las encuestadoras ni por las protagonistas?

En la noche del viernes, la Rede Globo realizó el último debate entre los candidatos. Un Aécio Neves seguro y con una capacidad de oratoria extraordinaria apareció en el escenario. Se podría afirmar que los ganadores de la noche fueron Dilma Rousseff y Neves, dos candidatos oriundos de Minas Gerais, el segundo estado con mayor número de votantes después de São Paulo.

Una Marina Silva cansada apareció en el escenario. Las presiones de la campaña y los fuertes ataques de sus adversarios habían logrado evidenciar la fragilidad y las incoherencias de la candidata y las limitaciones de su partido. Parecía no tener la fortaleza ni el liderazgo para hacer valer su consigna de “Vamos a transformar a Brasil”.

La victoria de Aécio sobre Marina recuerda una frase muy repetida en el país en momentos sorpresivos de su historia: “Brasil no es para principiantes”. Como decía un célebre poeta brasileño: “¿Y ahora, José?”.

Aécio llega al final de la campaña como un candidato idóneo de los grandes empresarios, del capital internacional y de los medios hegemónicos. Fiel a los principios librecambistas de su partido, cuyo ícono es Fernando Henrique Cardoso, Aécio cree que esta es la ruta que el país debe seguir a pesar de los fracasos históricos del modelo, especialmente en términos sociales. La política exterior suramericana de Brasil podrá fácilmente ser sustituida por tratados de libre comercio, fracturando al Mercosur, Unasur y la Celac, y por consiguiente debilitando los Brics y alejando el multilateralismo como factor de mayor equilibrio en las relaciones internacionales. Los grandes victoriosos del resultado de ayer son el capital internacional y los medios, realmente un cuarto poder más fuerte que los partidos opositores mejor organizados.

Con esos resultados es como si las elecciones empezaran de cero. Las alianzas se construirán con filigrana en función de los modelos claramente antagónicos. Nunca antes las alianzas y la financiación de la campaña serán tan determinantes. Si en la primera vuelta, los comicios fueron guiados por ambiciones regionales, ahora todos los opositores del PT se unirán para sacarlo del poder. Sin embargo, una segunda vuelta con Marina Silva habría sido más difícil para Dilma Rousseff por la afinidad de sus electores.

¿Será posible que los electores de Marina Silva voten en la segunda vuelta por Aécio Neves? Está por verse. Lo cual indica que Silva, aun fuera de la contienda, será decisiva para el futuro de Brasil y de América Latina porque lo que está en juego no son sólo las elecciones que determinarán el nuevo presidente de Brasil, sino un modelo anclado en otra visión de mundo. 

*Beatriz Miranda Cortes

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar