Los desaciertos de la Reserva Federal

Eduardo Sarmiento
16 de julio de 2017 - 02:00 a. m.

La economía estadounidense no ha logrado superar la crisis recesiva de 2008. El producto nacional crece por debajo de la tendencia histórica y la productividad del trabajo desciende arrastrando consigo el salario.

La Reserva Federal, en las minutas de la última reunión, anuncia la continuación de la política de alza de tasas de interés. El dispositivo se fundamenta en la aritmética de que el crecimiento económico es igual al crecimiento de la productividad (producción por trabajador) más el crecimiento del empleo. Consideran que la productividad de la mano de obra ha venido declinando y ha logrado sostener el crecimiento del producto por el alto crecimiento del empleo. Así, predicen que, cuando el desempleo desaparezca o llegue a su expresión mínima, como lo señala la tendencia del último año, el aumento de la demanda sería superior al aumento potencial de la producción y provocaría el disparo de la inflación. Para evitar la eventualidad, están comprometidos en reducir la demanda y, más, moderar el crecimiento económico acentuando el estancamiento.

La revista The Economist (24-30 de junio de 2017) abre un serio interrogante sobre el diagnóstico de la FED. Apoyado en una comunicación que firman influyentes académicos, el autor del artículo insinúa que la baja de la productividad del trabajo se origina en la misma política contractiva de la FED, e ilustra la suspicacia con enjundiosa información histórica y reciente.

El error de la FED y de todos los bancos centrales es que consideran que la productividad es un elemento estructural determinado por las condiciones físicas potenciales e independientes del banco central. Así, la producción es determinada por la productividad. Tal como lo he mostrado en varios libros, este comportamiento sólo es cierto en un mundo ideal de equilibrio; la oferta crea su propia demanda. No se cumple en economías expuestas a políticas contractivas que mantienen, por acción deliberada o por la ineficacia de la política monetaria, el ingreso nacional por encima del gasto (exceso de ahorro sobre la inversión). En este caso, la productividad del trabajo es determinada por el Banco Central. Si las tasas de interés se elevan para reducir la demanda, el crecimiento del producto disminuiría y se acentuaría el descenso de la productividad del trabajo. Se entraría en un círculo vicioso de contracción de la demanda y caída de la productividad.

A diferencia de la predicción de la FED, se resolvería el problema, en lugar de agravarse cuando se acabe el desempleo. Se acortaría la diferencia entre el crecimiento del producto y la productividad del trabajo. Si al mismo tiempo se entra en razón y se adopta una política fiscal y monetaria combinada expansiva, la economía quedaría en condiciones de acelerar el crecimiento del producto y elevar la productividad del trabajo y el salario.

La política anunciada por la FED no solamente afectaría a Estados Unidos, sino también al mundo. Sería especialmente perjudicial para América Latina y, en particular, para Colombia. El alza de la tasa de interés incrementaría la devaluación, presionaría a la baja los precios del petróleo y, al reducir los precios de los TES, tornaría totalmente inefectivos los buenos oficios para bajar la tasa de interés y aumentar el crédito. Sin duda, contribuiría a mantener la economía colombiana entre el estancamiento y la recesión.

No es fácil entender la pasividad de las autoridades gubernamentales. Lo menos que se puede esperar de cualquier orden económico es que la política monetaria del país, con la moneda de reserva, no lesione a los demás. Es hora que los gobiernos de la región se pronuncien en forma conjunta sobre las decisiones de la FED, que atentan contra los intereses nacionales.

 

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