Los Indignados de Petro

Juan Pablo Calvás
12 de diciembre de 2013 - 09:49 p. m.

Indignados, sí. ¿De qué? Todavía me quedan dudas.

 Es impresionante la cantidad de personas que está logrando reunir el alcalde Petro en la Plaza de Bolívar en estos días de efervescencia y calor. Dicen, porque no hay quien lo compruebe, que allí caben cerca de 80 mil personas, por lo que la hazaña del destituido alcalde es admirable.

Sin embargo, veo esas imágenes y me embarga la inquietud. ¿Quiénes son esas personas? ¿Qué es lo que une a los indignados de Gustavo Petro?

No es que quiera descalificar la gran movilización que ha logrado concitar el alcalde de Bogotá tras la decisión del Procurador, de hecho, reconozco que esas arengas en defensa de la democracia son un bálsamo para un país donde muy pocas veces el ciudadano se pone la camiseta para defender la Constitución y las leyes. Pero hay algo que no me gusta de los Indignados de Petro.

Uno se pone a comparar este movimiento de Indignados con aquellos que sacudieron distintos lugares del planeta hace ya varios meses y hay varias diferencias. En los movimientos originales de Indignados, el motor esencial era el descontento con el sistema y sus políticos, aquí pasa todo lo contrario: un político (Petro) es quien convoca a los indignados para que protesten no contra el sistema, sino contra una decisión tomada por otro actor político.

¿Dónde están las reivindicaciones sociales de nuestros indignados? ¿Dónde están las pancartas diciéndole NO MÁS a los congresistas, jueces y políticos corruptos? ¿Cuáles son los manifestantes que piden mayor equidad en el ingreso y mayores impuestos para quienes más ganan? ¿Están nuestros indignados diciendo que la situación por la que atraviesa el país es culpa de unos pocos que siempre lo han manejado?

Pareciera que este pseudo movimiento de indignados nace con fecha de caducidad, pues, en vez de una gran manifestación de conciencia social sobre una crisis política y económica, termina siendo la presentación de dos bandos: pro-Petro y anti-Petro.

Ojalá los indignados sirvieran para algo más que decir que Ordoñez es malo y va contra la constitución. Ojalá Petro se de cuenta que tiene ante sí una multitud que podría servir para mucho más que simplemente mantenerlo en su oficina del Palacio Liévano.
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#PreguntaSuelta: ¿Y ahora no nos gusta que los gringos opinen sobre nuestros asuntos?

@colombiascopio

 

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