Los Pequeños Ángeles coreanos

Manuel Drezner
17 de julio de 2019 - 02:00 a. m.

Dentro de su temporada de danza Alma en movimiento, el Teatro Santo Domingo presentó un grupo de danzas coreanas llamado Los Pequeños Ángeles, fundado para difundir ante el mundo, como dice su prospecto, las tradiciones culturales coreanas y transmitir un mensaje de paz. Tengo que confesar que fui a este espectáculo con cierta aprensión. No solo no veía cómo un conjunto de baile pueda transmitir un mensaje de paz, sino que el hecho de tratarse de adolescentes entre los nueve y los quince años, reunidas bajo un nombre que suena algo sentimentaloide, hacía temer que se tratara de una especie de sesión solemne escolar.

Debo decir que esos temores fueron infundados. Este espectáculo, que ya tiene más de medio siglo de existencia, es completamente profesional, hecho con buen gusto y variedad, y además es muy entretenido. El grupo hace lo suyo en forma eficiente, el vestuario y las escenografías son de lujo y lo que se vio es de categoría impresionante. Desde la dificultad de las dos danzas con tambores, pasando por la hermosa danza de los abanicos (que en un momento son unidos en tal forma que dan la impresión de una flor) hasta unas danzas infantiles hechas con alegría, todo es agradable y el total es una hora larga de muy buena presentación. Al final, las niñas hicieron un coro, en que incluso cantaron temas colombianos acompañadas por piano, otra faceta de un talento para destacar.

Lo anterior da de nuevo la lección de que uno no debe prejuzgar y la confesión que se hace es una especie de penitencia. La única lástima es que el acompañamiento musical no hubiera sido hecho por músicos en vivo, sino con grabaciones, ya que hubiera completado en forma agradable esta presentación de una faceta de la milenaria cultura coreana.

Hablando de otras cosas, hay que lamentar la desaparición de ese talentoso músico que fue João Gilberto, creador de la bossa nova y que murió de 88 años, dejando detrás una herencia musical de gran categoría. Hay que mencionar también una curiosa noticia de un grupo de fanáticos ingleses, partidarios del movimiento que saca a Gran Bretaña de la Unión Europea, quienes han amenazado con boicotear cualquier presentación que se haga de la Novena sinfonía de Beethoven, porque en ella está la melodía que la Unión adoptó como himno. Esto muestra hasta dónde el fanatismo puede llevar a actitudes ridículas. Y finalmente hay que mencionar que uno de los más ilustres pianistas contemporáneos, Radu Lupu, ha anunciado su retiro, con lo cual el mundo del piano pierde a un representante eminente de la gran escuela.

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