Comunidad y desarrollo

Lucha vs. corrupción y veedurías ciudadanas

Uriel Ortiz Soto
24 de julio de 2018 - 09:30 p. m.

La lucha anticorrupción no puede convertirse en simple instrumento de causa para hacer protagonismo político, ni mucho menos para amedrentar a los ciudadanos, tirando el anzuelo donde no hay nada que pescar.

Los pillos y ladrones de cuello blanco son muy dados a armar protagonismos simple y llanamente para pescar en río revuelto, como acaba de ocurrir con el caso Fonade, cuyos antecedentes de corrupción tienen raíces tan profundas que, si se hacen las investigaciones de rigor, el contrato con el tan cacareado censo nacional pone en aprietos a más funcionarios, congresistas y contratistas.   

El caso de la alimentación escolar con los programas PAE, donde vergonzosamente aparecen comprometidas varias empresas familiares, es de tal magnitud que se extiende a la alimentación de las Fuerzas Militares, de Policía, y del Inpec; pero hay algo más grave y es la salud dentro de las Fuerzas Militares y de Policía, manejada inicialmente por Droservicios, que al ser sancionada por la Superintendencia de Industria y Comercio cedió el contrato a Audifarma, empresa también seriamente cuestionada.

Por eso, en la lucha contra la corrupción no debemos dejar solos a los organismos de control, debemos exigir al Gobierno que a las veedurías ciudadanas se les dote de instrumentos legales y jurídicos, para la supervisión de los recursos y vigilancia de los contratos dentro de su jurisdicción y competencia.

Las veedurías ciudadanas, legalmente constituidas, deben ser instrumentos legales y básicos, para que los ciudadanos de bien vigilen los recursos que llegan a sus regiones o municipios para obras de desarrollo e infraestructura.

Es desde todo punto de vista aplaudible que el presidente electo, doctor Iván Duque, tenga dentro de su agenda de gobierno el programa de lucha frontal contra la corrupción; sin embargo, para lograr este objetivo se requiere con suma urgencia la colaboración y participación ciudadana.

La lucha contra la corrupción debe ser también la batalla de todos los colombianos, impuesta desde las más modestas organizaciones hasta los encumbrados escenarios de poder de la empresa pública y privada, donde muchas veces los robos, saqueos, chanchullos y peculados, más los abusos de poder, pasan desapercibidos, unas veces con conocimiento de causa por estar dentro de la ilegalidad, otras por temor a las represalias de los poderosos convertidos en mafias y dominio sobre los ciudadanos de bien.

Considero que el instrumento más efectivo de lucha contra la corrupción, como lo hemos manifestado en columnas pasadas, son las veedurías ciudadanas; sin embargo, estas organizaciones, si bien están surgiendo como una respuesta efectiva, requieren que se les fortalezca, dándoles personería jurídica a nivel nacional, regional y departamental, puesto que de lo contrario sus manifestaciones o denuncias no pasarán de ser chismes callejeros sin fundamento y muchas veces sujetos procesales ante la Fiscalía por los delitos de injuria y calumnia.

Constituir una veeduría ciudadana dotada de personería jurídica no es el problema, lo importante es que sus quejas y denuncias no se queden como un simple saludo a la bandera, que los personeros municipales tomen plena conciencia de que dentro de sus funciones está la de hacer valer los derechos de los ciudadanos.

No podemos continuar quejándonos todos los días de que los recursos apropiados para obras de desarrollo e infraestructura se los robaron, puesto que tal como lo estamos viendo no pasarán de ser simples lamentos de nunca acabar, tenemos que buscar por todos los medios necesarios para que las veedurías ciudadanas cumplan su verdadero objetivo de ser verdaderos instrumentos legales de lucha contra la corrupción, en las veredas, municipios y departamentos.

Las juntas de acción comunal, que son de fácil manejo de nuestros campesinos, podrían dotarse de estos instrumentos legales, para que además de ser fuentes de desarrollo en sus veredas y municipios sean entes de vigilancia y control.

urielos@telmex.net.co

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