Magnitud de la economía de la coca

Hernán González Rodríguez
20 de julio de 2018 - 07:30 a. m.

A sabiendas de que no pocos lectores de los diarios se saltan los artículos en los cuales aparecen cifras, he decidido, no obstante, presentar aquellas que nos permitan apreciar la magnitud del problema que nos lega el presidente Santos con su protección y legalización, de hecho, para los cultivos de coca, la comercialización y el consumo.

De acuerdo con el director de la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF), Juan Francisco Espinosa, los activos, la acumulación de la riqueza del narcotráfico en Colombia es del orden de los $40 billones, de los de 12 ceros, los cuales, sobre un producto interno bruto del país (PIB) de $800 billones/año, representan el 5% de dicho producto.      

Afirmó la UIAF, además, que el flujo de los recursos que ingresan a la economía del país provenientes del narcotráfico asciende a unos $16 billones/año, o sea, el 2% del PIB, con los cuales ingresan el contrabando que destruye empleos.

Para dar una idea de la magnitud de la narcoeconomía doméstica se afirmó en el programa radial La Hora de la Verdad que el hombre más rico de Colombia, el señor Luis Carlos Sarmiento, gran creador de empleos, poseía unos $35 billones en activos. Algo más dramático dijeron en este programa, que no alcanzan los ingresos de todos los cafeteros en 600 municipios del país a sumar los $16 billones/año del narcotráfico.

Reveló Espinosa que cada hectárea produce 6,9 kilos de clorhidrato de cocaína. Hasta hace poco, se estimaba en 5 kilos/ha. Debido a los ocho años de protección de los cultivos por el presidente Santos, se crecieron las matas, están muy altas. Y agrega quien comenta, 209.000 hectáreas a razón de 6,0 kilos/ha producen 1.254 toneladas/año. El 58% de este tonelaje se exporta. El resto se decomisa o termina envenenando nuestra juventud.  

En vista de la “pobreza extrema de los exguerrilleros”, aprobó destinar el generoso Conpes celebrado el 22 de junio del año en marcha la exagerada suma de $6,3 billones para la política de reincorporación social y económica de 13.200 guerrilleros y auxiliares, durante nueve años, entre 2018 y 2026, o sea, casi $53 millones/exguerrillero/año. ¡Pobrecitos!

Ante lo excesivo de los gastos anuales por exguerrillero, presumo que alguna parte de los $6,3 billones se destinará para financiar la sustitución consensuada de los cultivos de coca por cultivos lícitos. Analicemos esta posibilidad a partir de las 10 toneladas de coca que por la suma de 15 millones de dólares se proponía exportar a los Estados Unidos alias Jesús Santrich. Pues bien, vendió él coca en US$1.500/kilo, es decir, en COP$4'500.000/kilo.  No conozco cultivos lícitos en Colombia que se coticen sobre los COP$5.000/kilo.

Los campesinos cultivadores no reciben casi nada de los COP$4'500.000/kilo, devengan algo cercano a un salario mínimo. No pocos de quienes armados se lucran de la verdadera utilidad, y se matan entre sí por ella y por impedir la erradicación de los cultivos de coca, designan sus víctimas con el pomposo nombre de “líderes sociales, defensores de los derechos humanos”. Ellos mismos se asesinan entre sí; pero se cambian de nombre para inculpar al Estado colombiano por su asesinato. La erradicación forzada será fuente de grandes y nuevos conflictos. Reducir la magnitud de la economía del narcotráfico figura como el primer problema del país a la fecha, culpa del mayor desacierto del gobierno del presidente Juan Manuel Santos.  

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