Mañana

Nicolás Uribe Rueda
10 de marzo de 2018 - 03:00 a. m.

Mañana, más de 36 millones de personas tienen la oportunidad de salir a votar para elegir a las personas que podrían impulsar las políticas públicas que necesita el país. Lo más probable, sin embargo, es que ni siquiera la mitad de ellos se acerquen a las urnas y por diferentes razones decidan no decidir sobre su propia suerte.

Mañana se empezarán a decantar las incertidumbres de los últimos meses y empezaremos a entender las dimensiones reales de los partidos, conoceremos sus máquinas electorales, así como la posible configuración mayoritaria del poder en el Congreso, y también veremos la capacidad real de persuadir votantes por parte de algunos candidatos.

Yo por mi parte votaré por muchas cosas a la vez encarnadas en mis candidatos al Senado y a la Cámara. En primer lugar, lo haré por gente honesta, que creo comprende a cabalidad que el ejercicio público es un apostolado que no está hecho para quedarse con el honor, sino para asumir con entereza la responsabilidad.

Votaré por candidatos que tienen reparos al proceso de paz, que no comparten la idea de que con tal de desmovilizar a las Farc se podía hacer de todo. Votaré por quienes han leído los acuerdos de La Habana, los comprenden y saben que los riesgos de lo escrito en materia de sustitución de cultivos, participación política, justicia y política agropecuaria son enormes, aunque poco se hable de ellos por cuenta de la sobreexposición que en el debate han tenido las curules gratis de las Farc y su participación política express sin pasar por la justicia.

Votaré por quienes defiendan sin complejos el derecho a emprender y a generar riqueza, por quienes busquen en su paso por el Congreso la manera de hacer posible la inversión, el empleo y la iniciativa privada como único camino posible para la generación de oportunidades para todos. Votaré, en suma, por quien quiera ahorrarle tiempo y esfuerzo al ciudadano que trabaja, piensa, emprende, estudia y quiere hacer de Colombia un país mejor. Votaré por candidatos que defienden el medio ambiente, pero que no se escudan en él para defender una agenda antiempresarial extremista. Acompañaré mañana con mi voto a quienes sin complejos reconozcan la importancia de la libertad económica y no busquen asfixiar con regulaciones estúpidas e inoficiosas cada ámbito de la actividad empresarial y el comportamiento de sus semejantes.

Votaré mañana por quien comprenda que sólo a través del buen ejemplo es que podremos recuperar la credibilidad en la política, por quien sea capaz de advertir que la amenaza populista y totalitaria de izquierda no es un cuento chino, sino una opción real en un estado generalizado de desánimo y descrédito frente a las instituciones.

Votaré por candidatos de centroderecha; por personas reflexivas que no tengan ambigüedades en sus convicciones, pero que no sean fanáticas en sus acciones. Votaré por dos personas que aporten en la tarea de recomponer el diálogo político con sus adversarios de urnas, capaces de llegar a acuerdos en temas como, por ejemplo, la reforma a la justicia.

Votaré con convicción, por Cámara y Senado y también en la consulta de centroderecha. Me entusiasma vivir en democracia y votar sin cortapisas. Me entusiasma pensar en un período de cambio, positivo y necesario para Colombia.

@NicolasUribe

 

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