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Máquinas de paz

Luis Felipe Henao
16 de marzo de 2021 - 03:00 a. m.

Todos los niños y niñas de Colombia, incluyendo los que han sido víctimas del reclutamiento ilegal, no pueden ser considerados máquinas de guerra, sino la única esperanza para que Colombia consiga la paz.

La tragedia de la infancia en Colombia es cíclica. Las Farc, el Eln, el Epl y las autodefensas recorrieron el país reclutando menores para engrosar sus filas y con ello lograron multiplicar su presencia en todo el territorio nacional. Este sistema fue eficaz para el fortalecimiento de todas las organizaciones ilegales, por lo cual fue copiado por nuevos grupos como las disidencias y las bandas criminales.

El reclutamiento de menores es sin duda uno de los actos más abominables que puede cometer un grupo al margen de la ley. No los vuelve máquinas de guerra, sino que destroza su infancia, los expone a morir en los combates, los vuelve sujetos de abusos sexuales y físicos y los ingresa en un sistema del que no pueden salir. Lo más grave es que el círculo del reclutamiento no comienza con la captura de menores por un grupo armado, sino con el abandono del Estado frente a los menores que en muchas regiones están expuestos a ser reclutados. En todo caso, este problema es estructural y no se debe al gobierno actual, sino a múltiples factores que han hecho que en Colombia el Estado nunca haya tenido el control territorial de más de la mitad del país y que sea muy difícil recuperarlo de las manos de los grupos al margen de la ley.

Todo lo que nos enseñaron hace décadas que era una ventaja de nuestro país (tener todos climas propicios para el cultivo, acceso a dos océanos, las selvas más inaccesibles del mundo, ríos, etc.) se ha convertido en nuestra peor pesadilla: 1. La existencia de todos los climas nos volvió el lugar más propicio para la siembra de coca y marihuana; 2. El acceso a los dos océanos con inmensas costas nos volvió la principal ruta del narcotráfico y el tráfico de personas; 3. La inaccesibilidad de nuestras selvas las volvió el refugio de grupos al margen de la Ley; y 4. Nuestra enorme extensión inicialmente concentrada en las cordilleras creó un horizonte infinito y descontrolado de colonización armada.

En este “paraíso” los grupos armados llegan a nuevos territorios más allá de la frontera invisible de las ciudades intermedias colonizando a sangre y fuego para instaurar un seudo Estado en el que todo gira alrededor del narcotráfico y la minería ilegal. En gran parte de Colombia el reclutamiento ilegal es solo una de las facetas de la toma de los territorios por la ilegalidad en la cual unos ingresan a las estructuras y el resto vive en la zozobra y el miedo.

La solución de este apocalipsis no es fácil y hace inviable la estrategia propuesta por algunos de acabar a sangre y fuego con el problema. Cada vez que el Estado intente el control territorial de una región la delincuencia intentará el control de la siguiente y así hasta llegar a Leticia. El hecho que actualmente se diga que la disidencia de Gentil Duarte se encuentre en el Guaviare y la de otros grupos armados en el Chocó y el Pacífico, no es gratuita: se ha venido corriendo la frontera invisible que hace unas décadas estaba en la parte alta de Caquetá y Putumayo y ahora incluso puede abarcar selvas de Ecuador, Perú y Brasil.

Por ello el Acuerdo de Paz significaba una enorme oportunidad de mejorar esta situación trayendo a la legalidad a decenas miles de personas y volviéndolas, en el sentido positivo, máquinas de paz. Por eso el acuerdo final no era simplemente un instrumento de justicia transicional, sino que trae también un punto de reforma rural integral, otro de solución al problema de las drogas ilícitas y otro sobre el fin del conflicto. Sin una implementación integral del acuerdo final no será posible consolidar la paz en los territorios y muchos seguirán pensando que nuestro país es una máquina de guerra.

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Jacal(3097)16 de marzo de 2021 - 08:46 p. m.
Que mentiroso. lo mismo que dice el marrano...
jose(33220)17 de marzo de 2021 - 01:20 a. m.
bueno si uds los periodistas y columnistas dominan el tema . pero asi como la guerrilla y otros grupos reclutan niños porque no hacen el reclamo de porque el gobierno solamente recluta pobres ?
Adrianus(87145)16 de marzo de 2021 - 09:34 p. m.
Muy bien por su posición. Si bien no ha sido falencia de este gobierno el de velar porque las comunidades, en especial las más vulnerables, cuenten con mejores condiciones de vida, sí ha sido este al igual que el de su mentor Uribe, quienes se han encargado de hacer más crítica su condición. Uribe con sus crímenes atroces a los jóvenes que soñaban con trabajo y este arrojando bombas a niños.
Oinilk(2715)16 de marzo de 2021 - 06:30 p. m.
El problema es estructural pero el del "protestódromo" -Molano- hace parte del gobierno de Duque.
Jose(46118)16 de marzo de 2021 - 03:21 p. m.
Al fiscal de Cali Alcibíades Libreros lo acecino un Bandido que tenia 16 años. Usted no se pronuncio cuando fuero masacrados 27 Cadetes en la escuela de la policía General Santander. Meten el grito en el cielo cuando les tocan a Sus Camaradas. Tranquilo que se escapo el camarada mayor.
  • ERWIN(18151)17 de marzo de 2021 - 12:07 a. m.
    imbecil
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