Maturana

Querido o no, Francisco Maturana es el entrenador colombiano a quien más atención hay que ponerle cuando habla. Su hoja de vida, a pesar de que esta década, en la que no ha dado pie con bola, le da el suficiente aval para hablar fuerte. El domingo anterior lo hizo en El Espectador, y aunque muchos pasen derecho, sus palabras deben tener eco.

Dijo Maturana que Colombia debería tener como equipo base al América 2008, tal como sucedió hace dos décadas cuando, tomando como base a Nacional, se inició el proceso más exitoso de nuestra historia, y no suena nada descabellado, total ese América dio muestras por fin de un fútbol distinto. Si es verdad que “se juega como se vive”, hoy se vive a otra velocidad y el cuadro escarlata así lo demuestra.

Afirmó el chocoano que España, campeón de Europa, juega a lo mismo que él practicaba con la selección. La diferencia, Pacho, está en que los de Aragonés justificaban cada pase en la Euro, y lo hacían a lo Ferrari, buscando siempre el arco contrario. Nosotros al final lo hacíamos a lo Topolino y sin mirar para adelante. Pero sigue defendiendo la suya y eso es válido, total si hay algo cierto es que el país nunca supo valorar lo que tenía y jamás se unió en torno a él, cayendo en tontas peleas regionalistas en pleno final del siglo XX.

Dijo que con Trinidad y Tobago va por el primer lugar del hexagonal de Concacaf, y llama la atención cómo su alumno mas aventajado, el Bolillo Gómez, sigue sacando el paraguas antes de emprender un nuevo reto. Confirmó que Bogotá es la plaza más difícil del país por el entorno, pero se olvida que fue acá donde ganó la Libertadores y la Copa América, y que América de Cali, el mismo equipo que pide como base de la selección, quedó campeón a pesar del más difícil de todos los entornos vividos en los últimos años en Colombia. Acierta, eso sí, cuando dice que ellos se hicieron amigos y después jugaron. Lo mismo se podría hacer con los equipos capitalinos, total ni la prensa ni los hinchas salimos a jugar.

Pacho tocó de nuevo la palabra proceso y al “exitista” país que casi nunca logra éxitos no le gusta oírla. Lo cierto es que, en el fútbol como en la vida, si los equipos no se fortalecen en su interior, están condenados al fracaso, y la verdad es que vamos derechito al barranco por tercer Mundial consecutivo y ya parece tarde para emprender procesos.

Acertado o no, a Maturana hay que escucharlo, digerirlo y discutirlo porque tiene mucho para aportarnos, él y todos los héroes de esa generación que hoy están condenados al olvido porque en Colombia muy mal se les paga a quienes nos dieron nuestras pocas alegrías futbolísticas.