Me gusta la lista cerrada

Óscar Sevillano
11 de octubre de 2018 - 05:00 a. m.

Me alegra que por fin el Congreso de la República y el Gobierno Nacional se den a la tarea de discutir seriamente la posibilidad de darle aprobación, vía proyecto de reforma política, a la competencia para cargos de senador, representante, diputado, concejal y edil en listas cerradas.

Esta será la única manera de acabar con la corrupción política que comienza en las elecciones, donde un aspirante a corporación pública debe empeñar su labor para conseguir el dinero suficiente y hacer proselitismo, pagando publicidad y toda la logística que tiene una campaña. Es ahí donde el afán hace de las suyas, haciéndoles el favor a quienes buscan llegar en cuerpo ajeno con intereses oscuros.

Solo de esta manera se puede hacer responsable al partido en su totalidad por las actuaciones de los miembros que resulten elegidos en sus listas, además de que la competencia ya no sería entre candidato y candidato, incluso dentro de la misma colectividad, sino de lista a lista, como debe ser.

Otra cosa que me gusta de esta reforma política es que habla de acabar con el inútil Consejo Nacional Electoral, organismo compuesto por personas candidateadas por los partidos, elegidas por los congresistas, que tiene como misión vigilar a las colectividades que respaldaron su aspiración y sancionar a sus miembros, entre ellos a quienes las eligieron. Por esto no es extraño que en su interior reine la ley de impunidad electoral, bajo el lema de “tú no investigas a los míos, yo no toco a los tuyos”.

No puedo decir que el proyecto de reforma política es perfecto, entre otras porque hay asuntos discutibles, como la edad para que un joven comience a votar (16 años), la lista cremallera y la posibilidad de extender dos años más el período de alcaldes y gobernadores, para unificar los tiempos de los gobiernos locales y nacionales. Pero entiendo que hasta ahora inicia el debate, que con toda seguridad tendrá la atención de todo el país.

Lamento, eso sí, la extraña postura del Polo Democrático Alternativo, que en cabeza del senador Alexánder López en la Comisión Primera del Senado aseguró que no están de acuerdo con el proyecto, argumentando que una lista cerrada no evita que se cuelen intereses oscuros.

Pueda que tengan razón, pero alguna solución se debe buscar a los problemas que presenta nuestra democracia por cuenta de la operación avispa en la que nos metió el fallecido expresidente Alfonso López Michelsen, que abrió la puerta a las microempresas electorales de las que ha sido difícil salir, porque aún están vivas y son las que permiten que se cuelen todo tipo de intereses oscuros en las elecciones.

Los partidos de izquierda deben modular su postura y entender que las buenas propuestas hay que apoyarlas, no importa quién las presente. Lo que debe interesar es el bienestar de la democracia en nuestro país.

Cambiando de tema: Puede que los jóvenes de El Redentor que fueron sometidos a tortura no sean menores de edad y que estaban promoviendo un motín, según lo aseguraron funcionarios de este centro a la periodista de Caracol Radio Darcy Quinn, explicando las razones que al parecer tendrían los policías para proceder de esta manera. Nada justifica que se atente contra su dignidad con métodos salvajes, y mucho menos que se trate de desviar la atención con este tipo de declaraciones, tratando de crear cortinas de humo. La duda que me surge es si este es un hecho aislado o corresponde a una práctica común en este centro para menores infractores, que hasta ahora es denunciada.

 

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