Melaza

José Fernando Isaza
10 de enero de 2019 - 05:30 a. m.

Es un derivado de la caña de azúcar, es el producto líquido y denso obtenido luego de la precipitación de los azúcares. Para la elaboración de la panela se concentra el jugo de caña, también conocido como melaza. De acuerdo con los productores, la melaza tiene similitud con la miel de abejas y comparte sus propiedades saludables; por tener calcio, magnesio y hierro, protege el sistema inmunológico y fortalece los huesos.

La mermelada se puede producir casera, artesanal o industrialmente; en el pasado se envasaba en frascos de vidrio sin rosca, que luego se usaban como vasos (la llamada “vajilla Fruco”).

El término “mermelada” lo introdujo Juan Carlos Echeverri cuando se tramitaba la modificación regional de la distribución de las regalías petroleras y mineras. Afirmaba que es más conveniente repartir estos recursos no solo entre las áreas productoras, sino a más municipios, así como se esparce la mermelada en una tostada. Las comunidades en cuyo subsuelo se localizan los minerales y los hidrocarburos consideran que se esparció tanto la “mermelada” que, a pesar de que cargan con los costos sociales y ambientales de la minería, no reciben los justos beneficios monetarios. Hoy se está ambientando una nueva reforma que busca reducir la oposición de los municipios a las actividades extractivas. El uso común ha llamado “mermelada” a la participación del presupuesto nacional que obtienen los congresistas, fina cortesía del Ejecutivo, con el objeto de lograr la aprobación de las leyes. Un efecto colateral es el incentivo a la corrupción por parte de los políticos que se lucran de la contratación y las coimas con los recursos de la “mermelada”.

El presidente ha dicho que no recurrirá a la “mermelada” para aceitar los trámites legislativos, que quiere una nueva y transparente relación entre los dos poderes. Es creíble esta afirmación, pues la “mermelada” será innecesaria. El Senado, el domingo 16 de diciembre del 2018, a las 7 p.m., aprobó en el proyecto de reforma política el siguiente artículo: “Por lo menos la quinta parte del presupuesto nacional de inversión se denominará Inversión de Iniciativa Congresional. El Congreso de la República, por iniciativa de sus miembros y con la aprobación de las plenarias, podrá solicitar la inversión en proyectos específicos que previamente haya sido aprobada por el Departamento Nacional de Planeación”.

Se vuelven insignificantes los montos del presupuesto del que podían apropiarse con la “mermelada”, los “cupos indicativos” o los “auxilios parlamentarios”. Se elevaría a norma constitucional un incentivo más a la corrupción. Se pasa de la elaboración casera de la “mermelada” a la producción industrial de la “melaza”.

Si en el pasado la imagen era ver a cada congresista con su frasquito de “mermelada”; con este artículo, la representación es la de varias piscinas de “melaza” en las cuales se zambullen, sin pudor alguno, los congresistas que disfrutarán de estos recursos estatales para sus campañas de reelección o su enriquecimiento personal. No hay un anuncio de veto a este artículo por parte de la ministra del Interior ni del presidente para rechazar este artículo.

Por otra parte, hay cierto conflicto de intereses entre los senadores que votaron este artículo, pues se beneficiarán directamente de él. En esto van quedando la reforma política y las leyes prometidas contra la corrupción.

 

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