Mentiras con cara de verdad

SI ALGO ATOSIGA A LOS COLOMBIAnos y los confunde, es el montón de encuestas que lanzan los medios para “investigar” toda clase de asuntos, y por esa vía insuflarle presunta sabiduría al país.

Varias publicaciones del fin de semana pasado reflejan la manera como se construyen realidades a partir de lo que contestan 100, 200, 500 o a lo sumo mil personas, entendiendo, claro, que las empresas de sondeos llegan a este último número sólo si existe un buen presupuesto. Cuando no lo hay, cosa que ocurre con frecuencia, se contentan con llamar a la carrera a unos seres anónimos que terminan, por cuenta de que levantaron su teléfono, de voceros de 42 millones de habitantes.

Con sinceridad: ¿alguien piensa que en el momento en que un encuestado le pone más o menos puntos a Luis Guillermo Plata, sabe a qué materias se dedica este señor? El Tiempo del domingo 11 de agosto despliega en su primera página la “noticia” de que 700 colombianos le dieron la más alta nota del gabinete, oh casualidad, al ministro Juan Manuel Santos. Informa también que cuatro de sus colegas no pasaron el test. Hagamos el ensayo y que entrevisten de nuevo a esos 700 individuos a ver cuántos de ellos pueden citar de corrido el nombre de los ministros o cuántos podrían decir con argumentos si Cecilia María Vélez es tan buena funcionaria según dicen, ahí sí, los expertos en políticas de enseñanza. Como Vélez no maneja una máquina de guerra sino que se ocupa de los aburridos esquemas educativos que no le interesan a nadie, la calificación de 3,07 que le adjudicaron no era un castigo o un premio a su gestión. Fue un simple acertijo.

En la misma edición dominical se reporta que el 68% de los bogotanos tiene de Samuel Moreno un concepto favorable, pero rajan “la movilidad, la economía y la seguridad (de la ciudad) entendida como el derecho a estar tranquilo más allá de las calles del barrio”. Un turista se preguntaría ¿Por qué razón entonces el alcalde tiene semejante imagen?

Estamos hasta la coronilla de encuestas de radio, prensa y televisión que reiteran el aplastante apoyo popular al presidente Uribe y nos hablan de los cinco millones de nacionales que firmaron un documento para que el mandatario continúe en su cargo porque su exitosa política de seguridad democrática ha convertido al país en poco menos que un paraíso. Y en seguida nos sueltan los datos de un estudio —por cierto el único creíble— de acuerdo con el cual 9 de cada 10 colombianos se irían a vivir al exterior si tuvieran la oportunidad de hacerlo.

Las encuestas bien elaboradas —ah pocas que lo son— constituyen un instrumento fiable, no infalible. Sin embargo, se sabe que pueden ser manipuladas o, para que no me digan extremista, acomodadas. En particular si los socios de las firmas realizadoras de sondeos están comprometidos políticamente con el que quiere ser medido.

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No entiendo cómo Carlos Slim llegó a ser uno de los hombres más ricos del mundo con empresas tan ineficientes. Telmex Colombia me acosó hasta convencerme de cambiar el plan internet-televisión. Después tuve que esperar cerca de un mes para que se regularizara el servicio, que funcionaba únicamente a ratos. Luego nos dejaron a mis vecinos y a mí cuatro días sin lo uno ni lo otro, preciso cuando se inauguraron los Juegos Olímpicos. Sorpresa: cuando comenté el caso en tres o cuatro grupos distintos, hubo unanimidad sobre el ofensivo trato de Telmex al usuario. ¿En qué lugar funciona la Superintendencia de Industria y Comercio?