México, lindo y querido

Columnista invitado EE
05 de julio de 2018 - 02:00 a. m.

Por Marcelo Caruso Azcárate

Con un Zócalo reventado de pueblo por todas sus arterias, Andrés Manuel López Obrador, AMLO, ratificó los tres ejes de su futuro gobierno: “No mentir, No robar, No traicionar al pueblo”, todo acompañado con la visión de la democracia como “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Luces y rancheras decoraron la fiesta más esperada desde el triunfo de Lázaro Cárdenas, con una asistencia emocionada en la cual las mujeres eran mayoritarias. Para los presentes, incluyendo a los observadores internacionales que me acompañaban, las lágrimas estaban pidiendo paso a los asombrados ojos. Después de tantas fraudulentas derrotas, por fin ese hermoso y diverso pueblo se pudo poner de acuerdo para iniciar un cambio de rumbo. AMLO lo llamó “la cuarta transformación de México”, entendiendo que la primera fue la independentista iniciada por Hidalgo; la segunda, la Reforma Republicana de Juárez; y la tercera, la interrumpida revolución realizada por Zapata y Villa.

Ser observador electoral puede ser un oficio muy aburrido o muy comprometido, pero en este caso la tarea estaba garantizada por la avalancha electoral ya decidida por los electores a favor de AMLO y su coalición de centroizquierda “Juntos haremos historia”, integrada por su joven movimiento Morena, el Partido del Trabajo, que lo apoyó en todos sus intentos, y el Partido Encuentro Social, conformado por cristianos que llevaron a Cuauhtémoc Blanco a ser el primer futbolista que llega a gobernar su Estado, Morelos, lo que consideramos como una primera diferencia notable con el proceso colombiano.

AMLO inició su discurso ratificando sus promesas electorales y les puso fecha: “se duplicará el monto de las pensiones”, entendemos que excluyendo las más altas; “se garantizará una pensión universal para todas las personas mayores y una pensión de por vida para las personas discapacitadas”; “se garantizará la educación gratuita en todos los niveles”; “se promoverán proyectos productivos agrarios para que las y los mexicanos pueden trabajar y vivir en los lugares que han nacido y no tengan que migrar”, mensaje directo para Donaldo sobre la necesidad de proteger el campo colombiano en el tratado de libre comercio a renegociar, tarea a la que anuncia sumarse con entusiasmo el primer ministro canadiense. Nos parecía estar en otro planeta.

Para nuestros tecnócratas neoliberales esto es simplemente populismo, ya que consideran que no tendrán los recursos para sostenerlos, y desde otra mirada fuimos muchos los que nos hicimos la pregunta sobre cómo los conseguirán. La respuesta que nos dieron fue simple: acabando con la corrupción de dimensiones aún insospechadas, y con la evasión y elusión fiscal, que es, por lo menos, de un 40 % sobre los ingresos a recaudar.

En ese mismo momento, el presidente electo de Colombia daba unas entrevistas a CNN, que iban en la vía opuesta de lo que estábamos viviendo. Parecía no enterarse del nuevo escenario de oportunidades que se abrió, y el peso que tendrá México en las relaciones comerciales, económicas y diplomáticas internacionales. Todo se baraja y se reagrupa, y quien se quede en el fracasado modelo neoliberal de mercado, abierto para los poderosos y cerrados para los demás, y en la democracia restringida dirigida a frenar con la violencia las protestas sociales frente a la creciente desigualdad, es que no quiere entender que en este país el tsunami electoral y social ya comenzó, y que tarda pero llega. AMLO dijo con cierta humildad, “quiero pasar a la historia como un buen presidente”, que es lo máximo a que un mandatario debe aspirar.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar