Mi botón es más grande que el tuyo

Columnista invitado EE
07 de enero de 2018 - 03:00 a. m.

Por Gail Collins

Para comenzar el año, el presidente de Estados Unidos presumió que tiene un botón nuclear “mucho más grande” que el del líder norcoreano.

La semana que viene: Donald Trump y Kim Jong-un compararán la longitud de sus dedos, la talla de sus zapatos y el tamaño de su cabeza. Ese último es complicado por el hecho de que tienen los peores cortes de cabello en la historia de los líderes de gobierno. Honestamente, creeríamos que Kim ha ejecutado a cada peluquero de su país.

Si no fuera porque el planeta corre peligro de estallar, sería algo divertido. Aquí tenemos a dos ególatras muy tontos. El gobierno de Kim afirma que aprendió a conducir cuando tenía tres años y que en su tiempo libre hace descubrimientos médicos innovadores en el tratamiento del cáncer.

Mientras tanto, en América, Trump hace poco se adjudicó el haber terminado con las muertes en aviones comerciales. (“Desde que tomé el cargo he sido muy estricto respecto de la aviación comercial”). La Casa Blanca —que se la pasa toda la vida explicando por qué el último tuit demente no era tan demente— dijo que esto se debía a la “iniciativa del presidente para modernizar el control de tránsito aéreo”, una propuesta que jamás se hizo ley. Además, la Administración Federal de Aviación, que está a cargo de la seguridad aérea, es dirigida por alguien que Obama designó.

Por si fuera poco, no ha habido ninguna muerte en un vuelo comercial en Estados Unidos desde 2013, y Trump alguna vez tuvo una aerolínea propia en la que hubo un aterrizaje accidentado tres meses después de haber comenzado sus operaciones, acumuló una deuda masiva y terminó por cerrarse. Podríamos seguir mencionando cosas, como muchos en Twitter lo hicieron. (“No hubo explosiones de gas en nuestra casa este año. Gracias, señor presidente, por su liderazgo activo…”.)

Como sea, continuemos.

En Corea del Norte, Kim celebró el año nuevo dirigiéndose a su pueblo asegurándoles que tiene “un botón nuclear en el escritorio de su oficina. Todo el territorio continental de Estados Unidos está dentro del rango de nuestro alcance nuclear”.

¿Ustedes creen que los norcoreanos sintieron que esa era una buena manera de darle la bienvenida al 2018? Por un lado, parece que sí les gusta la idea de poder ganar una guerra nuclear con Estados Unidos. Por el otro, es inevitable preguntarse si algunos de ellos habrían preferido un par de canciones nostálgicas.

Como lo explicó Russell Goldman en The New York Times, es probable que Kim ni siquiera tenga un botón… y a Corea del Norte le tomaría mucho tiempo hacer que sus misiles de verdad estén listos para dispararse en cualquier lugar.

Sin embargo, es perfectamente posible que sus súbditos pusieran un botón falso, grande y rojo en su escritorio para que se sintiera más hombre. Este es, después de todo, un tipo que finge haber escalado la montaña más alta del país con un abrigo largo y zapatos de vestir, cuyo padre-dictador, de acuerdo con una biografía oficial, jamás necesitó utilizar un baño.

Obviamente, enfrascarse en una discusión personal, pública y transocéanica con Kim no sirve de nada. No obstante, Trump respondió que él también tenía un botón nuclear y que “es mucho más grande y más poderoso que el suyo, ¡y mi botón funciona!”.

La riña entre estos dos hombres tiene su historia, aunque por parte de Trump los insultos (“maniaco”) han estado mezclados con calificativos totalmente opuestos (“muy inteligente”). Así que todo lo que sabemos con seguridad de nuestro lado del debate es que Trump tampoco tiene un botón. Hay un asistente que lleva un portafolio, algo que es mucho menos amenazante, pero, desde luego, mucho menos asombroso si estás intercambiando insultos con un tipo cuyo gobierno afirma que puede hacer que cambie el clima.

Todo esto es la razón por la que todo el país esté tan emocionado de que regrese Mitt Romney.

De verdad, hace dos años, si alguien nos hubiera dicho que en 2018 Mitt podría regresar con una candidatura al Senado, nos habría parecido una idea un poco menos emocionante que una nueva versión de “American Idol”. Pero esa es la situación ahora. De pronto, Romney parece ser igual a la segunda llegada de… mmm, no sé, ¿Dwight Eisenhower sin las medallas?

Todos suponen que Mitt podría ganar la elección para el Senado, ¿y por qué no? Es muy popular en Utah. Es un estado muy republicano, y ningún otro de los suyos competiría contra él, a menos de que Steve Bannon encuentre otra primera plana para Breitbart como lo hizo en Alabama, y entonces podemos tener una competencia emocionante de Romney contra un golpeador de cachorritos de extrema derecha que vive en una cabaña en una colina rodeada por torretas de ametralladoras.

Así que estará en el Senado, con su vieja personalidad santurrona, esperando la oportunidad de demostrar sus principios con una postura oficial en contra de la Casa Blanca. Quizá también se proponga competir contra Trump en 2020. Es verdad que para entonces tendrá 73 años, pero dada la alineación actual de posibilidades presidenciales, eso lo haría un candidato del voto joven.

¿Quién habría pensado que Mitt Romney podría parecer tan buen prospecto? Pero por lo menos él sí tiene todos sus botones.

 The New York Times 2018.

 

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