Mi desacuerdo con Stephen Hawking

Antieditorial
26 de marzo de 2018 - 02:00 a. m.

Por Luis Alberto Chaparro Rodríguez

No es propiamente por lo de la inteligencia artificial, sino porque no nos dejó explicación acerca de un nuevo modelo para comprender el universo tal como él ya lo había vislumbrado.

El átomo primordial, según parece, era un quantum más pequeño que un quantum de Planck. Allí estaba contenida toda la información de un universo anterior y el equivalente de toda su energía condensada. Esto no lo aclaró el admirado astrofísico.

Nunca se refirió Stephen a que el tiempo y el espacio eran dos fuerzas del universo, al igual que el campo de Higgs, siendo en total siete entonces, junto con la gravedad, la fuerza nuclear fuerte, el electromagnetismo y la fuerza nuclear débil. Potencias todas estas que conforman una verdadera “superfuerza”.

El cosmólogo ruso Tomilin ya había expresado “que el tiempo es el motor del universo”, en los años 60. Y más adelante, el filósofo de la ciencia Alexis Jardines Chacón propone que el tiempo genera la materia oscura y su manifestación es como las “ondas de Broglie”. Los quanta de aquella oscura materia serían los microagujeros negros presentes en los nucleones. Hawking mencionó los agujeros microscópicos y también los grandes que parecen existir en el centro de las galaxias y los de las estrellas colapsadas. Se sospecha que en todo cuerpo cósmico dormita uno poderoso como mensajero de la gravedad centrípeta o local, y de la fuerza nuclear fuerte, lo mismo que de los neutrinos.

El tiempo mismo se considera como un gigantesco agujero negro cósmico, que todo lo comprime y lo hace girar y enrollar hasta llegar al propio Big Crunch…

Otra cosa son los agujeros blancos, como los microscópicos que conforman los átomos al gravitar en torno de los nucleones y establecen los niveles orbitales.

Agujero blanco es también el que nace en el Big Bang al salir del vacío quántico y se convierte en espacio cósmico, aquello que convive con el tiempo desde el amanecer del mundo como dos conos compactados y contrapuestos, el uno comprimiendo y el otro expandiendo al universo.

El espacio es entonces la energía oscura, la fuerza del vacío cuántico, lo que no posee quantums, de allí procede la gravitación inercial, la fuerza centrífuga, una gravedad hiperlumínica, de vuelo instantáneo que en otro tiempo se llamó “fuerzas de Mach”, el misterio del movimiento y la inercia, donde se conforma la fuerza nuclear débil y las ondas del electromagnetismo.

Es lo que faltó por aclarar a los cosmólogos. Este mundo cuántico-relativo donde no se puede sobrepasar la velocidad de la luz porque hay que saltar por los intersticios cuánticos, donde no estamos preparados todavía para viajar por los agujeros de gusano, donde no existe el tiempo ni tampoco el espacio sino únicamente túneles de cuántico vacío, lugares donde se fractaliza nuestro grandioso multiverso.

quantumchaparro@hotmail.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar