Publicidad

Miraflores & el Ubérrimo

Ramiro Bejarano Guzmán
03 de enero de 2008 - 03:07 p. m.

Calculó mal Uribe el agarrón con Chávez, porque erradamente supuso que sacarlo del escenario de la liberación de los secuestrados era cosa fácil y sin consecuencias.

Ahora ya nadie duda de cuando Chávez hace un par de meses dijo que de no haberse roto su intermediación y la facilitación de la Negra Piedad Córdoba, las Farc habrían liberado a un importante grupo de rehenes. Los hechos hablan por sí solos. Antes de la agitada pero afortunada intervención del presidente venezolano y de la senadora colombiana, las Farc ni siquiera dieron pruebas de supervivencia; ahora, además, están por devolver a tres de los cautivos.

El espectáculo mediático que se montó para propiciar la liberación, usando una flotilla de aviones y helicópteros venezolanos e integrando una comisión de garantes de siete países, sin duda presionó a Colombia para aceptar sin condiciones la “operación Emmanuel”. No tenía otra alternativa el presidente Uribe; terminó siendo víctima de su propio invento, porque Chávez se las ingenió para seguir intermediando a pesar del portazo. Si no hubiera existido esa pelea inútil, Uribe habría participado en santa paz del ruido mundial, del que Chávez quedó  como gran protagonista.

Pero hay que admitir que si Uribe terminó acorralado por las audacias de Chávez, también las Farc, porque por primera vez accedieron a ejecutar el gesto unilateral de liberar a tres secuestrados. Eso no se lo debemos a Uribe, menos al fracasado siquiatra del régimen, Luis Carlos Restrepo, que de Alto Comisionado pasó a simple testigo mudo e impotente de lo que lograron otros, ni al errático e indelicado canciller Araújo Perdomo, ni a nadie en el Gobierno.

En efecto, el meridiano de este problema, que todavía no llega a su final, ya no pasa por Bogotá sino por Caracas, exactamente por el Palacio de Miraflores. Eso explica  por qué mientras el Presidente de los venezolanos ha estado al frente de este gigantesco operativo intercontinental desde la sede de Gobierno, Uribe despacha en la sombra desde el “Ubérrimo”, su hacienda preferida, donde descansa holgadamente este fin de año.

Como este drama sólo terminará el día en que las Farc liberen al último secuestrado, más le valdría al Gobierno colombiano recoger el guante que tiró Chávez de olvidar las ofensas del pasado reciente y hacer las paces, en vez de inventarse a última hora plazos amenazantes para que concluya la liberación. Si en medio de semejante pelotera de hace unos meses Chávez no desistió en su empeño de propiciar la liberación de Clara, Emmanuel y Consuelo, mucho menos va a hacerlo ahora que se siente redentor.

Si el mandatario venezolano va a seguir intermediando, o como se quiera denominar su gestión, es mejor para el propio Uribe que acepte la reconciliación decorosa que ahora le ofrecieron, en vez de tener que enfrentar en unos pocos meses un episodio similar con audiencia en todos los medios del planeta y con más garantes extranjeros. A propósito, andan muertos de envidia algunos de nuestros “pazólogos”, esos pantalleros “lagartos” de la paz en Colombia, que quedaron frustrados de no haber salido en la foto, que es lo único que les interesa.

Chávez habló de otro plan secreto para liberar a los secuestrados, si Uribe no autorizaba la “operación Emmanuel”. Es una lástima que en medio de tanto periodista a ninguno se le hubiera ocurrido preguntarle al menos si las Farc fueron advertidas de esa misteriosa estrategia y si además aceptaron someterse a ella. Si existe otra posibilidad para liberar a otros secuestrados, que se ejecute inmediatamente, sin más bulla, sin sacar de la manga plazos con sabor a ultimátum para torpedear lo que necesitamos que termine bien.

En fin, ahora le corresponde al Gobierno de Uribe no volver a equivocarse con Chávez y hacer lo que sea para que vuelvan sanos y salvos los demás secuestrados, inclusive autorizar el despeje en Florida y Pradera.

~~~

Adenda. Feliz y próspero 2008

notasdebuhardilla@hotmail.com

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar