Mucho ruido, poco fútbol

Hernán Peláez Restrepo
08 de marzo de 2017 - 03:00 a. m.

Es de común ocurrencia dentro del fútbol que un clásico resulta promocionado y anunciado, pero termina siendo un discreto juego. Este fue el caso del América-Nacional. Más de 30.000 aficionados, sostenido un elevado número de seguidores en promedio por juego americano. Era la confrontación de un equipo urgido de algunos ajustes en su juego, para ser como el Nacional de un año atrás. La salida de Guerra, Borja, Berrío y volantes de primera línea ha desajustado su maquinaria. Pero es apenas obvio suponer que con el trajín de juegos que se avecina volverá a la senda de equipo victorioso.

Su rival, América, tiene más ganas, entusiasmo y apoyo que fútbol en sí mismo. Me pareció increíble que algunos jugadores con cierto recorrido no entendieran el partido. En varias ocasiones cayeron en fuera de lugar, por descuido o desatención y no tanto por movimientos programados.

Sencillamente, Lucumí, más Brian Angulo y Mosquera, estuvieron perdidos. Sin distancia para ir sobre el rival, y sólo Martínez Borja, incansable, respondió a la exigencia.

Nacional se arrimó con opciones en tres momentos. Remate de Dayro, que entre el arquero Bejarano, de buen trabajo, y el horizontal evitaron que fuera gol. Jugada similar tuvo Ibargüen, después de un cobro de tiro libre de Macnelly, y sobre el final un cabezazo, sin oposición de Bocanegra, que Bejarano detuvo.

América no dispuso de claridad para ayudar a Martínez Borja y fue más un cuadro que respetó a su adversario, tal vez porque conocía sus limitaciones. El 0-0 lo sostuvieron los del sector defensivo, destacándose Bejarano, Herner y Cortez, quien fue mal expulsado por un juez, que perdonó una amarilla a Mateus Uribe, y se equivocó con la roja a Cortez.

América supongo que quería, pero la soledad de Martínez Borja era patética. Es necesario que Hernán Torres haga algo para despertar a algunos jugadores quienes todavía creen que la pelota les va a llegar porque sí. Los jugadores aprenden a cuchichear entre ellos, saben cómo presionar al árbitro. Se necesita que se atrevan a jugar e ir para adelante. América sabe que a punta de empates no hay seguridad alguna para la permanencia. Tigres y Jaguares ahí van consiguiendo puntos. Mucho ruido, mucho entusiasmos, poco fútbol y cero goles. Por ahora América y Nacional quedaron en deuda de fútbol.

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