En tiempos de bárbaras naciones, cuando aún no existía la televisión, la radio era el medio que entraba con mayor frecuencia a las casas. (Este recuerdo sirve para confirmar mi clasificación como “abuelo”, pero esa es otra cosa). Durante Semana Santa, las radiodifusoras decidían adherirse a la solemnidad de la ocasión y transmitían música de la llamada clásica, con resultados que a veces eran pavorosos. Por ejemplo, en una emisora tocaban invariablemente el “Brindis” de La traviata, que con su invitación a beber y a gozar del licor no reflejaba exactamente el espíritu pascual.
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