Muy sutiles

Iván Mejía Álvarez
06 de agosto de 2017 - 02:03 a. m.

El actual Comité de Disciplina de la Dimayor quiere dejar huella. No solo aplica el código disciplinario en forma literal, sino que también inventa normas, cambia los sentidos de las vigentes con curiosas interpretaciones, hace justicia a su gusto y evidentemente está dejando legados que tarde o temprano, seguramente cuando lleguen nuevos integrantes, serán rebatidos. Peligrosa concepción de la justicia.

Integrado por magistrados y gente muy culta y letrada, a este Comité no le gusta la forma en que están redactadas las actuales normas y sobre el camino va interpretando, cambiando, adecuando a su libre albedrío, algo muy peligroso en un estado de derecho.

En la sentencia de los incidentes de Cali-América acabaron con la normatividad y terminaron castigando al América en forma tanto o más severa que al Cali, cuando las normas eran claras en cuanto a que la sanción era solo para el local. También extendieron la sanción a todos los torneos , cuando la legislación vigente indica que las sanciones de Copa se aplican en Copa y las de Liga en Liga.

Ahora, con dos nuevas resoluciones han dejado claro que aplicarán a su gusto la normatividad. No están haciendo justicia. Están gobernando, se han tomado en serio el papel de reformadores y desde sus sentencias semanales indican el camino. Asimilaron el caso de Luis Carlos Ruiz con el de Teófilo Gutiérrez y los dos pagarán dos semanas de suspensión de toda actividad vinculada al fútbol y una multa altísima. En el de Ruiz, gol con la mano, intento de engaño al árbitro, que cayó inicialmente pero fue auxiliado por sus compañeros para señalarle que la acción era inválida. Y en el de Teo, horrible pantomima intentando engañar al juez con una supuesta agresión de Aldo. Un hecho concomitante: se castiga la intención.

A partir de la fecha, la Comisión está obligada a sancionar de oficio todo intento de engaño, incluidos los tradicionales piscinazos en el área. Fina y sutil interpretación que se prestará a más de una polémica.

¿Será justo que Edwin Valencia y Pablo Rojas, expulsados en la pasada fecha, paguen dos jornadas y multas de cuatro millones tras agredir con violentos codazos en el rostro a rivales, mientras que Ruiz y Teo paguen dos semanas y 44 millones de multa? ¿Se habrán olvidado los ilustres magistrados del precepto jurídico de la proporcionalidad de la pena? Parece que sí.

 

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