No más piedras a la justicia

Juan Carlos Gómez
04 de febrero de 2019 - 02:00 a. m.

Por cuenta del desafortunado incidente de la carta de la JEP, muchos piden con ligereza la cabeza de la ministra de Justicia. Sin duda el incidente es grave, pero su renuncia nada solucionaría y enmascararía aún más la triste realidad de nuestro destartalado Estado de derecho.

La situación de la justicia en Colombia es calamitosa. El Código General del Proceso mejoró el panorama, pero la realidad sigue siendo kafkiana, gracias a los paros recurrentes, los problemas logísticos y la indolencia y torpeza de algunos litigantes.

En materia contencioso-administrativa el panorama no es mejor. La celebración de la audiencia inicial puede tardarse más de dos años, otro tanto una decisión de suspensión provisional, y hay miles de casos pendientes de sentencia desde hace más de 15 años.

Los esfuerzos de la Rama Jurisdiccional por ponerse al día y agilizar los procesos resultan inanes frente al alud de pleitos nuevos. Medidas como los despachos de descongestión tienen el grave inconveniente de que en muchos casos se falla a las volandas, con tal de quitarse la papa caliente.

Dos días antes de que se conociera el accidente de la carta de las pruebas contra Santrich, la ministra de Justicia asistió a un evento en Cartagena. En la reseña de su intervención —disponible en la página web del Ministerio— aparece una exquisita colección de lugares comunes. Por ejemplo:

“Trabajamos en la construcción de propuestas que permitan transformaciones estructurales y la consolidación de una mejor justicia, pues solo así los colombianos recuperarán la confianza en sus organismos judiciales”. “Es necesario hacer un pacto por la justicia con el fin de que esta sea pronta, moderna, confiable y cercana...”. “Nuestra misión es la de articularnos con la Rama Judicial y atender de la mejor manera posible la demanda de servicios de justicia”.

Pero, en fin, el problema no es lo que dice la ministra ni la promesa de que todo cambiará gracias al próximo Plan Nacional de Desarrollo. Es la falta de audacia y determinación del Estado y el conformismo y la resignación con los que buena parte de la sociedad soporta uno de los peores sistemas judiciales del mundo.

@jcgomez_j

 

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