La Michelada

Nos urge el ecoturismo en Colombia

Michelle Arévalo Zuleta
26 de abril de 2018 - 02:00 a. m.

El domingo 22 de abril se celebró en todo el mundo el Día de la Tierra. Sin embargo, este día, más que generar conciencia, me genera preocupación, pues nos recuerda lo mal que se encuentra la llamada Pacha mama, que como toda madre sufre en algún momento el desagradecimiento y desplante de sus hijos. El mal turismo es en gran parte responsable de generar un impacto ambiental negativo en ella, pues aún nos cuesta entender que el medio ambiente no es una “barra libre” de recursos naturales y energéticos. Por eso, crear conciencia ambiental es uno de los retos del verdadero ecoturismo.

Colombia se encuentra en un momento donde, después de haber firmado la paz, nos hemos vuelto una opción de destino turístico, lo que genera un reto no sólo para el gobierno, sino para empresarios y miembros de la comunidad que trabajan en pro del turismo en sus regiones y que ven en él la mejor forma de cambiar los escenarios de la guerra por escenarios de paz con la naturaleza.

Estos lugares no deberían estar abarrotados de personas tirando basura y abusando sin ningún control de ellas. Suena lógico, pero este cuadro sigue siendo lo que más veo cuando voy a un sitio turístico en el país.  

La idea del turismo de masas está cada vez más reconsiderada a nivel mundial, pues sin duda es este turismo indiscriminado el que ha causado impactos negativos en zonas protegidas y en general en el medio ambiente, sin contar que, cada vez más, las personas buscan espacios donde puedan conectarse con la naturaleza, lugares paradisíacos lejos de multitudes y estrés. Por lo tanto, apostarle al ecoturismo puede ser una gran alternativa no sólo para dar a conocer rincones del país aún inexplorados, sino para salvar y conservar otros por medio de un turismo sostenible y que se preocupe por el medio ambiente.

Un buen lugar de ecoturismo es aquel que brinda a sus visitantes el perfecto equilibrio entre esparcimiento y sostenibilidad. Este da como prioridad no sólo el lugar donde se desarrolla, sino a la gente y la cultura que lo rodea, pues la idea de ir a construir enormes complejos turísticos sin siquiera consultar con la población local, llevándose por delante las costumbres, la cultura y sobre todo la colaboración de los que llevan toda su vida viviendo ahí, es el primer error que cometen muchos empresarios que están más interesados en la explotación económica, que en el bienestar general de la comunidad y del medio ambiente.

Muchos turistas realizan en sus viajes actividades de ecoturismo combinadas con otras que no lo son, pues creen que salir a acampar al aire libre, bañarse en una cascada y oír a los grillos es turismo ecológico. Además, las empresas y algunos gobiernos sacan provecho de la ambigüedad del concepto, asegurando que el ecoturismo es el equivalente a cualquier clase de turismo basado en la naturaleza. Es importante dejar claro que el turismo de aventura, sol y playa, pesca o cualquier actividad turística de convivencia con la naturaleza no necesariamente es ecoturismo; en la mayoría de los casos es solamente turismo verde o turismo natural. La Organización Mundial del Turismo (UNWTO) y el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEP) han reconocido que el término ecoturismo mantiene un doble significado, por una parte se refiere a un concepto elaborado bajo un conjunto de principios y, por otra, hace referencia a un segmento de mercado. Por eso es importante que usted se cerciore que el turismo que le están vendiendo como ecoturismo realmente lo sea.

Uno de mis recomendados para hacer ecoturismo es El Cantil en Nuquí, pues como pocos se ha preocupado por la conservación del lugar y cuenta con la presencia de locales para proveer sus servicios. 

Ude los puntos más importantes es devolver la basura con la que cada persona llega, una opción también adoptada por Isla Roots, lugar en medio del archipiélago de San Bernardo, un lugar que brinda no solo lo bello de sus paisajes, sino que trata de concientizar a los que lo visitamos sobre la importancia de cuidar y proteger estas zonas.

Los parques naturales siempre serán el ejemplo perfecto de ecoturismo, dos de los más hermosos e imponentes por donde se miren son el parque de Utría y el parque de Chingaza, sin dejar de lado Ecohotel Paraiso Verde en el Quindio, un lugar que cuenta con una arquitectura sostenible,  utilizando elementos propios de la zona como la guadua.

Una recomendación para mitigar el impacto como turista o viajeros es optar por viajar fuera de las fechas más concurridas, consumir en tiendas locales, salir a restaurantes, Interesarse por las costumbres y cultura del lugar, buscar opciones de hospedaje sostenibles y que respeten el medio ambiente, asegurarse de no llevar bolsas o materiales plásticos y, si es posible, regresar con la basura que usted pueda generar en el lugar. Es nuestra obligación conservar los recursos naturales para poder seguir disfrutando de ellos. Nos urge hacer más ecoturismo que solo turismo.

La Michelada es un espacio semanal para explorar todos esos planes alternativos que hay escondidos en Colombia. Acompáñenme a experimentar cosas nuevas.

 

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