Es como una peste que se esparce sin remedio. Su caldo de cultivo es la falta de liderazgo y de certezas. Su nombre, el rumor; su alias, la maledicencia. Es pariente cercano de las noticias falsas y del chisme. Pero, según los estudiosos Allport y Postman, tiene otra misión, la de meter ruido, confundir, desanimar, desmoralizar, generar miedo, frenar, obstaculizar, dividir y los otros muchos verbos que acompañan los titulares de los medios por estos días.
No son forzosamente mentiras, pero inducen a engaño porque, según los citados, se compactan, acentúan y asimilan porque atacan percepciones y subjetividades, hasta convertirse en armas sicopolíticas en desarrollo de teorías conspirativas.
Y en ese bombardeo estamos: que no hay mindefensa, que los mandos le reportan al que maneja los hilos, que no hay quien hable de política con los políticos, que no hay políticos a los que les interese la política, que la idea de retirar visas fue de diplomáticos y exfiscales, que el presidente no sabía, que no sabe, que tal vez no se llegue a enterar, que no lo tienen en cuenta; que la tal crisis no existe, que es la hecatombe por otros medios, que es una patraña para el salvavidas de la constituyente y los primeros auxilios de la conmoción interior; que frente nacional, que frente militar, que afrenta patriótica; que no se trata de body count, sino de censo nacional, que el pacto no es más que un acuerdo para deshacer los acuerdos; que periodismo sí, pero con su permiso, mi general, con su venia, honorable parlamentaria; que no hay nada para declarar, dice el vice, él solito; que declaraciones es lo que hay, se derrama en prosa la vice; que hay que esperar a que haya fiscal, a que no haya objeciones, a que no haya acuerdos, a que no haya tiempo…
Y mientras, la economía a la baja, avanza la antisoberana Ley TIC o se hunden proyectos anticorrupción, porque de 107 senadores, ¡70 tienen impedimentos! Pero no hay que preocuparse, dicen los rumores, nunca es tarde para volver a empezar.
@marioemorales y www.mariomorales.info
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