Publicidad

Obama II: ¿querer es poder?

Columnista invitado EE
21 de enero de 2013 - 11:00 p. m.

En su posesión el presidente Obama aseguró que EE.UU. requiere una acción conjunta de su pueblo, que su país lleva una década de guerra, pero que la paz duradera no implica una guerra duradera y que el país comienza una fuerte recuperación económica tras estar fuertemente debilitado”.

Obama empieza su segundo mandato con una aprobación popular del 50%, con complejas condiciones domésticas: una deuda pública de US$16 billones, un PIB de US$15 billones, una deuda privada de US$60 billones y un índice de desempleo de 7,8%, mientras la deuda avanza los bienes y servicios presentan un resultado poco alentador. En la política, un Congreso que ya no tiene mayoría demócrata, reflejo de un país dividido. Sus desafíos internos serán reducción del déficit, control de armas, reforma migratoria y política energética.

En la agenda internacional el presidente tendrá que convivir con el avance del liderazgo de China y establecer niveles más profundos de cooperación con la potencia asiática. Reconocer la existencia de varias células de Al Qaeda, concluir su retirada de Afganistán, revaluar los métodos utilizados con Irán y, quizá, revisar el acuerdo propuesto por Brasil y Turquía en 2010 con el objeto de evitar nuevos Irak.

Concientizar que actualmente gran parte de América Latina está más próxima de los Brics que de EE.UU. y que aceptar el ingreso de Brasil o India en el Consejo de Seguridad de la ONU sería una muestra de reconocimiento de un nuevo mundo y decidir si un instrumento de la expansión de la democracia seguirá siendo la militarización de su política exterior.

La guerra contra las drogas seguirá siendo un importante reto, hasta el momento más de 100 mil personas han perdido la vida en México. Hace más de una década México alababa las bonanzas del Nafta, pero varios segmentos de la sociedad se convencieron de que la estrategia comercial más importante de EE.UU. para América Latina, a finales del siglo XX, no ha funcionado. Su saldo es: pobreza, narcotráfico y ruptura de la cadena productiva con un fuerte impacto social.

El discurso de Obama suscita esperanza, sin embargo, encuestas anteriores a su posesión revelaron que el poder de influencia en EE.UU. está dividido: 50% económico, 40% militar y 10% gobierno. Eso nos conduce a la pregunta y a la reflexión: ¿quién verdaderamente gobierna EE.UU.? El presidente Obama quiere, mas en este caso pareciera ser que querer no es poder.

 

*Beatriz Miranda

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar