¡Oiga, mire, lea!

Aura Lucía Mera
03 de septiembre de 2019 - 05:00 a. m.

Mientras la polarización llega a su máximo con la deserción de exmiembros de las Farc, y el Centro Democrático se regodea porque se la pusieron de papaya, y el Ejército “da de baja” o mata de una a nueve “narcoterroristas” sin explicar muy buen si fue en combate o a sangre fría, me dejo llevar por la palabra escrita en verso o prosa que nos regalan en estos días escritores consagrados en el Festival de Literatura ¡Oiga, mire, lea! en su quinto aniversario, auspiciado por la Biblioteca Departamental del Valle.

¡Oiga, mire, lea! se ha convertido en uno de los principales encuentros de este país con las letras. Junto con la visión y el trabajo cultural de la Alcaldía, el Valle y Cali han recuperado su lugar en la cultura a niveles nacional e internacional.

Desde el sábado 31 de agosto hasta el 8 de septiembre, durante todo el día, se ofrecen talleres infantiles, conversatorios y encuentros de poesía. Una semana de oxígeno mental, de sentir que existen más realidades y horizontes. Salir a respirar otros aires y no verse de nuevo atrapados en este círculo vicioso y repugnante de sangre, violencia, asesinatos y amenazas.

Me dejé llevar por esa poesía profunda, lenta, visceral y enamorada de Darío Jaramillo Agudelo:

“Estados de la materia. / Los estados de la materia son cuatro: / líquido, sólido, gaseoso y gato. / El gato es un estado especial de la materia, / si bien caben las dudas: /¿es materia esta voluptuosa contorsión? / ¿no viene del cielo esta manera de dormir? / Y este silencio, ¿acaso no procede de un lugar sin tiempo? / Cuando el espíritu / juega a ser materia / entonces se convierte en gato”.

***

“Que nadie toque este amor. / Que todos ignoren el sigilo de nuestro cielo nocturno / y el secreto sea el aire dichoso de nuestros plácidos suspiros. / Que ningún extraño contamine el sueño tuyo y el mío: / cualquier visitante es un invasor en el tibio ámbito donde habitamos; / aquí el tiempo es agua fresca en movimiento, apenas sutil vuelo, / y todas las gentes viven muy lejos de nuestro jardín alucinado, / ajenos a nuestro paraíso secreto”.

***

“Te vas volviendo olvido. / Llegaste tarde para mí, / una parte de la nada que no duele, / una herida de ayer que esta noche es ya piel nueva. / No te cuelas en mi soledad, / no distraes mi atención como antes ocurría a toda hora; / ahora tú sobras en todo lo que eres para mí, / no le haces falta a mi recuerdo, no lo alimentas. / Te vas volviendo olvido”.

En estos momentos tengo dolor de alma. Pienso en los miles de seres que entregaron sus armas y están ayudando a construir país, aportando y trabajando. Superando rechazos y estigmatizaciones. Estoy con ellos. Queremos la paz. Y somos mayoría. No más sangre, por favor. La palabra escrita es mi único refugio, a ella acudo. Ella me ayuda a superar el dolor.

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