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Así fuimos campeones

Luis Fernando Montoya
22 de julio de 2016 - 03:27 a. m.

“Una mente atormentada por la duda no puede concentrarse en el camino que conduce al éxito”: Arthur Golden

En mi vida profesional como técnico de fútbol logré, conjuntamente con un grupo de profesionales y amigos, un equipo de jugadores comprometidos con los objetivos, unos directivos con decisión de apoyar un proyecto de trabajo, una afición que apoyaba su equipo del alma y unos empleados del club que dieron lo mejor de sí, que todo saliera adelante. Se consiguió el 1º de julio del 2004: el título de la Copa Libertadores de América, con la victoria sobre el bicampeón Boca, dirigido por Carlos Bianchi.

Las experiencias recogidas después del campeonato son muchas, pero para quiero resaltar las siguientes:

1. La credibilidad en el proyecto de trabajo por parte de los directivos fue clave para poder trabajar con tranquilidad.

2. Estar rodeado en el cuerpo técnico por un grupo de amigos, conocedor cada uno de su cargo, honestos, leales y dispuestos a trabajar en equipo, todos tirando para el mismo lado.

3. Unos jugadores que aceptaron y comprendieron que podían conseguir lo que querían si se cuidaban en su vida personal, que si se entrenaban bien rendirían mejor, que esa era la oportunidad para mostrarse en el campo internacional y mejorar su vida profesional y personal. Estaban mentalmente fuertes para enfrentar momentos de triunfo y de derrota, guapos en el terreno de juego y aplicados tácticamente.

4. Los aficionados siempre acompañaron al equipo, como local y como visitante, se mentalizaron en que su equipo del alma podría alcanzar el título y nunca perdieron la fe.

5. Fue clave el acompañamiento de los medios de comunicación, que comulgaron con los objetivos diseñados por el equipo para llegar a la cima de la montaña, porque el equipo solamente habló de ser campeón el día del partido de la final en Manizales y no antes, para tener equilibrado mentalmente al grupo y que no creyera cosas que no había alcanzado todavía, por el empate en la Bombonera.

Hoy Nacional está nuevamente en ese camino, como en 1989, cuando fue campeón por primera vez, con la dirección de Francisco Maturana. Hoy Reinaldo Rueda y su grupo de trabajo desean darle al equipo verde su segunda estrella. Lo más importante es no perder la identidad futbolística que ha tenido durante el torneo y saber manejar el resultado. La parte mental es muy importante, así como claridad para la lectura del juego y la toma de decisiones.

Para el fútbol colombiano, y en especial para los aficionados verdes, un nuevo título de Copa Libertadores será de mucha satisfacción y alegría.

 

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