Publicidad

Desde arriba

Nicolás Rodríguez
14 de noviembre de 2015 - 02:00 a. m.

Así como la entonces ministra de Comunicaciones, Noemí Sanín, sacó provecho del fútbol, la televisión y la censura para manipular la retoma del Palacio de Justicia, una semana después el control de las imágenes fue decisivo en la administración de lo ocurrido en Armero.

Gracias al periodismo nacional e internacional una enorme cantidad de dinero y ayudas fueron enviados a Colombia. Desde colectas y bazares en colegios japoneses hasta barcos militares de diversas nacionalidades. Quizá fue la foto y el video de Omayra. O las cinematográficas imágenes de los sobrevivientes que caminan a tientas con lodo en los ojos y semidesnudos. Como sea, llama la atención el tour turístico en avión o en avioneta utilizado por las autoridades para los visitantes ilustres.

A 14 mil pies de altura bendijo el cardenal Alfonso López Trujillo lo que quedó de Armero. Los empresarios encargados de la reconstrucción, que apodaron Resurgir, hicieron lo propio. El presidente Betancur, poco tímido, sobrevoló la zona varias veces y en compañía de las personalidades más insospechadas. Desde el expresidente estadounidense Carter hasta la reina Sofía, varios embajadores del humanitarismo le echaron su vistazo aéreo a la desolación.

Cualquiera que haya sido la razón para la solidaridad internacional, los reparos a la utilización morbosa y espectacular de algunas imágenes no se discuten por fuera de los talleres de ética periodística. Sin embargo, sobre el uso estatal, estratégico y aparentemente inofensivo (léase humanitario) de las imágenes también es necesario hacer memoria. Pues a cada visita aérea le siguió un almuerzo oficial. Un himno. Una bandera. Un decreto para nombrar alcalde militar.

A través de las imágenes y los rituales burocráticos el Estado de la época mantuvo a raya cualquier posibilidad real de crisis. Es más, aprovechó para legitimar su presencia; para hablar de la nación como un todo unido, y hasta para transformar en desastre natural y apocalíptico lo que fue una catástrofe anunciada y predecible.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar