Publicidad

Despierta otro diferendo

Marcos Peckel
27 de abril de 2016 - 03:58 a. m.

Uno de los más antiguos diferendos limítrofes en América acaba de despertar de su hibernación debido a la muerte de un niño guatemalteco por parte de las fuerzas armadas de Belice, país que poco aparece en la narrativa de nuestro continente pero que al igual que las Guayanas, ahí está. Otro diferendo que se agita en un vecindario alborotado: Chile-Perú, Colombia-Nicaragua, Bolivia-Chile, Nicaragua-Costa-Rica, Colombia-Venezuela, Guayana-Venezuela y el siempre presente Argentina-Gran Bretaña por las Malvinas.

Honduras Británica, así se llamaba este país hasta 1964 cuando cambió su nombre a Belice, término de origen maya. Un territorio inicialmente colonizado por los españoles, parte de la Capitanía General de Guatemala, pero que ante la falta de oro y otros recursos apetecidos por la corona, lo abandonaron a piratas ingleses, quienes convirtieron esta fértil selva tropical, rica en madera, en una base de asalto a navíos ibéricos. Belice declaró su independencia en 1981, no reconocida sino hasta una década después por Guatemala, que reclamaba como suya la totalidad del territorio del nuevo país, pero que ha “disminuido” sus pretensiones a una extensa porción beliceña y a varias islas en el Caribe. Belice hace parte de la Commonwealth, su jefa de Estado es la reina Isabel, los británicos mantienen un pequeño contingente militar en el país que ha recibido ayuda sustancial de Venezuela y como casi toda Centroamérica.

Como es de ocurrencia común, los conflictos limítrofes son utilizados por políticos oportunistas en campaña para agitar la bandera nacionalista o por mandatarios en ejercicio para desplegar cortinas de humo y aunque desde el desastre argentino en Las Malvinas no se ha hecho uso de la fuerza, se esgrime con soltura la amenaza de “ir a La Haya”, acompañada de visibles movilizaciones militares a las fronteras.

De esta forma, el nuevo presidente guatemalteco, Jimmy Morales, elegido tras la fulminante destitución por corrupción de su antecesor Otto Pérez Molina, no ha perdido tiempo en blandir el diferendo con Belice tras el incidente de la muerte del niño. Al igual que en el caso de San Andrés, Guatemala descubrió que en su lado de la frontera vive gente en condiciones de pobreza y abandono.

Un acuerdo mediado por la OEA estipula que se lleve a cabo un referendo en ambos países para determinar si el litigio se lleva a la Corte Internacional de Justicia. Sin embargo, su destino es incierto.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar