Dividido

J. William Pearl
24 de enero de 2017 - 02:02 a. m.

Tomó posesión Donald Trump y ya ejerciendo el poder muchas cosas cambiarán, no sólo internamente, también en el resto del mundo. Aun cuando su discurso no pasará a la historia por bueno, puede pasar por uno populista. Su nación está dividida, ¿podrá unir al pueblo americano?

La idea de regresar a unos Estados Unidos donde los productos en su gran mayoría sean producidos por ellos mismos, invertir en los militares, construir el muro divisorio con México, invertir en  educación, acabar con ISIS, mejorar los aeropuertos, hospitales  y carreteras son algunas de  las principales promesas  de campaña que hizo como candidato. Muchas veces es necesario un adalid que muestre el camino. Esto sumado al hastío que  le  tiene a la clase política  tradicional norteamericana, logró que una persona ajena a la política tradicional , asumiera el liderazgo dentro de un partido y venciera. Su promesa de acabar con los cabilderos y de cambiar las reglas en la política, hizo que parte de que su partido no lo apoyara como se debe hacer con un candidato de su mismo partido, el presidente de la cámara Paul Ryan llegó a decir que lo apoyaba pero no haría campaña por él.  Esta actitud habla bien de Trump.

En los últimos tiempos el pueblo americano  ha tenido que resignarse a la situación económica. La autoestima de los americanos está baja,  la  clase media se  está empobreciendo cada vez más. “Según  las cifras de Pew, actualmente en Estados Unidos sólo el 49.9 por ciento de la población (120.8 millones de personas) se considera de clase media, mientras que el otro 50.1 por ciento (121.3 millones de personas) está compuesto por pobres y ricos.” Hace 45 años, la clase baja constituía el 14 por ciento y quienes más dinero tenían llegaban a un 4 por ciento. 

A la ceremonia de posesión del presidente Trump dejaron de asistir  cerca de 70 representantes a la cámara  del partido demócrata, son  pocos en número comparado con  las miles de personas que fueron a apoyarlo,  pero representan una gran cantidad de ciudadanos  que no se sienten representados por este gobierno.  Un país  que siempre estuvo  unido con el resultado de las elecciones está ahora dividido. Unir de nuevo el país  es la gran tarea de Trump, pues de poco sirve mejorar la infraestructura, cuando por dentro el país no camina en la misma dirección. Para lograrlo tiene  que tener en cuenta a quienes perdieron, tiene que escucharlos y gobernar para todos, no solamente para  quienes votaron por él.  Obtuvo  278 votos electorales y Hillary 218. En los votos directos  ella obtuvo más, pero son los votos electorales los que cuentan para la elección final del presidente. Si hubiera ganado 90% contra 10% sería otra  la historia, pero no fue así y si en verdad respeta la democracia, tiene la obligación de gobernar  para todos.

La labor más importante que tiene Trump no es  producir riqueza, es unir al país. Lograr que un pueblo que ha sido  hermanado por muchos años consiga unirse de nuevo.  Al entrar en vigor las reformas económicas del presidente de producir resultados positivos tales como la generación de empleo y la reducción de la pobreza, el país empezaría a ver nuevos horizontes que podrían resultar en una reducción de los factores que actualmente lo  dividen. Con las mayorías en el congreso puede lograr lo que prometió, más  no todo lo que se requiere para poder progresar. El Estado de la Unión,  es como se llama el discurso que pronuncia ante el congreso cada año el presidente de los Estados Unidos.

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