El fiscal y los medios

En entrevista con Darío Arizmendi, el fiscal Montealegre decidió comenzar la defensa de sus contrataciones con Natalia Springer cuestionando la supuesta doble moral de los medios de comunicación (el audio está aún disponible en la página web del programa 6 Am Hoy por Hoy).

Palabras más, palabras menos, sugirió que en lugar de poner en tela de juicio los contratos con una firma seria, debería indagarse sobre los miles de millones de pesos que las entidades públicas gastan en pautas con los medios de comunicación.

Al Fiscal le pareció buena idea atacar a los medios antes de responder a los señalamientos. Pero el uso precipitado del argumentum ad hominem, recurso retórico con el que se argumenta en contra del interlocutor y no de su idea, es infortunado.

La regulación y el control sobre el manejo de recursos públicos pueden ser incómodos para los administradores. Pueden incluso limitar acciones positivas del Estado. Es cierto. En especial cuando se requiere una respuesta rápida y eficaz de la gestión pública. Pero el control también garantiza la legitimidad, buena reputación y confiabilidad de largo plazo en las instituciones. Esto último es en particular importante para el desarrollo de las naciones. Alterando un proverbio: sin control vamos más rápido, pero con control llegamos más lejos.

En este mismo sentido, la salida en falso del Fiscal no es del todo mala para los ciudadanos. Así como queremos que se esclarezca la contratación del caso Springer, también queremos ahora que se aclare la información sobre el gasto de las entidades públicas en pautas publicitarias, la necesidad de tales pautas, y el precio cobrado por los medios de comunicación. ¿Sería justo, por ejemplo, que el Estado pague por la transmisión de información esencial para los ciudadanos el mismo precio que paga una empresa privada para promocionar sus productos a través de radio o de televisión?¿Sería correcto que un ministerio destine partidas importantes para hacernos saber a través de los medios que sí está haciendo su trabajo? Me inclino a contestar que no. Algún vocero de las entidades del Estado debería responder a la crítica que hace Montealegre. Además, ojalá que los medios de comunicación revisen este tema tanto como lo han hecho con el caso Springer. Ese sería un resultado estupendo de los debates en una democracia ¿no?

Es posible que ambos, los contradictores del fiscal y el fiscal, independientemente de sus motivaciones, estén en lo cierto con sus acusaciones. De ser así, no solo se habrá hecho veeduría sobre 4000 millones de pesos, sino como dice el Fiscal, sobre miles de millones de pesos más.

A veces de los choques políticos surge la transparencia que la sociedad necesita.

Apéndice. Bien por la plataforma Cuentas Claras en Elecciones (http://cnecuentasclaras.com/). Podemos consultar algunas fuentes de financiamiento de las campañas.

El autor es el Director del Departamento de Economía de la Universidad Javeriana.