El silencio de los sindicatos

Nadie discute el que un colombiano del común desee hacer respetar los derechos que como trabajador le confiere la ley.

Esto es algo que la misma Constitución Nacional ordena y que nuestro país ha firmado en organizaciones internacionales como la OIT por ejemplo.

Lo malo es cuando se abusa de estas figuras legales que buscan proteger los derechos laborales de los trabajadores, para organizar sindicatos con la única intención de sostener en el cargo a un grupo de personas que ya no tienen nada que hacer en la institución a la que algún día pertenecieron y curiosamente las agremiaciones sindicales (Central Unitaria de Trabajadores – CUT y Central General del Trabajo – CGT), guarden silencio.

Resulta bastante escandaloso que alrededor de 60 personas que hoy prestan distintas labores en el Concejo de Bogotá, asesores en su mayoría que están a punto de culminar sus contratos porque sus jefes no repiten curul, se hayan agrupado en un sindicato exprés con el ánimo de ganar protección durante seis meses, obligando a la administración del cabildo a redistribuirlas en otras oficina, para así continuar devengando un salario, sin que necesariamente tengan el mérito.

Es curioso que desde hace más de un mes se hayan puesto las primeras denuncias y las voces de la CUT y la CGT hasta el momento han brillado por su silencio, cuando esta es una buena oportunidad para pedirle a la función pública y a la clase obrera en general, no abusar de las leyes que protegen los derechos de los trabajadores y demostrar que cuando se escala en el nivel laboral, es por algo que se llama mérito y no con base en leguleyadas.

Las centrales obreras deben aprovechar este momento para demostrarle a Colombia que la razón de ser de un sindicado no se limita a cuidar una serie de puestos y gabelas, y que su presencia en el mundo laboral, va más allá de declarar huelgas y salir a las calles a gritar arengas contra los gobiernos.

No entiendo que esperan los señores presidentes de la CUT y la CGT para llamar la atención de quienes se han organizado en sindicatos en el Concejo de Bogotá, para mantenerse en unos cargos, muy a pesar de que sus jefes, los concejales que les contrataron en sus oficinas, no van a continuar en el cargo.

Se supone que cuando estos terminan sus labores como concejales, los contratos de sus asesores y personal que les acompaña, culminan también. Así lo dice el reglamento interno, no es posible entonces que bajo leguleyadas, se busque atornillarse a unos cargos, siguiendo el ejemplo de todos los politiqueros que hay en Colombia y que las centrales obreras con su silencio cómplice, acoliten este mal procedimiento.

¿Qué esperan entonces la CUT y la CGT?, ¿Qué se vinculen a ellas?. Me pregunto si sus dirigentes se habrán dado a la tarea de investigar, quien está detrás de la intención de estos funcionarios para pretender quedarse un tiempito más en la nómina del Distrito y que intereses pueden existir tras estas movidas y si lo saben y no lo comparten, como es que no se han pronunciado.

Este es el momento para que los gremios sindicales abandonen la camaradería y demuestren que están en contra de estas prácticas que dejan muy mal parado a quienes defienden a los trabajadores, porque el mensaje que estas personas envían es que no importan los métodos con tal de lograr el objetivo y dudo mucho que esta manera de proceder, sea de quienes desean el buen gobierno.

@sevillanojarami