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En defensa de la Policía

Luis Carlos Vélez
14 de diciembre de 2015 - 02:10 a. m.

La Policía es una de las instituciones más respetadas, queridas y necesitadas en nuestro país.

Entre los sellos más notorios de lo que nos marca actualmente como colombianos está ese chaleco verde-amarillo que inmediatamente genera seguridad y tranquilidad prácticamente en cada rincón de la nación. Eso sin desconocer a otros grupos de la entidad ,como la Policía Antinarcóticos o el Gaula, que trabajan bajo los más altos estándares internacionales.

Por eso duele tanto el escándalo en el que actualmente se ve envuelta la institución. Una pugna de poder ha puesto en evidencia una serie de hechos concretos, no generalizados, que la afecta seriamente.

Así las cosas, tanto el general Palomino como todos aquellos que hoy se identifican como abiertos interesados en quedarse con la Dirección de la Policía deben hacerse a un lado por el bien de su entidad. Los hechos concretos ocurridos en las últimas semanas hacen de su permanencia algo insostenible.

Primero: Los acosos a periodistas dados a conocer por la Fiscalía y la periodista Vicky Dávila revelan que en la Policía se sigue a periodistas y que dentro de la entidad hay un propósito para hacerlo, que es o hacerles daño o usarlos como chivos expiatorios para beneficiar a alguien o enlodar a Palomino.

Segundo: La reaparición del caso de la Comunidad del Anillo. Que documentos, versiones y declaraciones nuevas sobre un asunto de hace años vuelvan a aparecer, deja claro que dentro de la Policía hay alguien que quiere tumbar a Palomino basado en hechos de los cuales es difícil defenderse.

Con esto no estoy defendiendo al general Palomino. Sus acciones o inacciones deben ser investigadas por las autoridades competentes. El hecho real de una pugna interna no lo convierte inmediatamente en víctima. Los señalamientos que se le hacen no deben ser descalificados inmediatamente por su supuesto origen o intención. Pero también está claro que tiene todo el derecho a su legítima defensa.

Esto genera una gran oportunidad para que desde el Gobierno se maten varios pájaros de un tiro. Uno, dejar claro que esta administración no es chuzadora, algo de lo que constantemente señala a su predecesora. Dos, proteger a los medios en un escenario regional donde se ha vuelto común amedrentarlos. Y tres, crear un sistema de controles internos en la Policía que permita combatir sus deficiencias desde adentro sin tener que acudir a válvulas de escape como los medios.

Aún hay tiempo para que todo esto se logre, pero definitivamente un buen punto de partida no es otra comisión sin dientes y con miembros señalados de tener potenciales conflictos de interés.

 

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