¿Hasta cuándo seguiremos afectados por el flúor en la sal?
El foro "Evaluación y perspectiva del uso del flúor en programas de salud pública, para el control de la caries dental y el control de la intoxicación crónica, como insumo para la formulación de política pública en Colombia”, convocado por la Subdirección de Enfermedades No Transmisibles, del Ministerio de Salud, aportó la evidencia para suspender de inmediato la fluorización de la sal de consumo humano en el territorio colombiano.
Los organizadores acertaron en la selección de los panelistas, enriqueciendo el foro con la presencia de la autoridad mundial en el tema de la fluorosis, el danés Ole Fejerskov, cuyas intervenciones, basadas en abundantes investigaciones y publicaciones en la literatura científica, le imprimieron al evento la altura intelectual y ética para que los entes gubernamentales procedan en consecuencia y suspendan esa medida.
En el mismo nivel se desempeñaron la doctora Ángeles Martínez, de la Universidad de Indiana, Jaime Cury y Marilia Alfonso Rabelo, de Brasil, Franz Göetzfried, de Alemania, y la profesora Stefanía Martignon, de Colombia. José Fernando Valderrama y Sandra Tovar, del Ministerio de Salud, y Sandra Misnaza, del Instituto Nacional de Salud, contextualizaron el estado de la salud oral de la población colombiana respecto a los indicadores de caries y fluorosis dentarias en el marco del Sistema de Seguridad Social en Salud.
Igualmente oportuna fue la inclusión en el programa de las doctoras Patricia Parra y Andrea Álvarez, de la Secretaría de Salud del Departamento del Huila, quienes presentaron el caso de una residente de 15 años de edad, de la vereda El Juncal, municipio de Palermo, afectada por fluorosis esquelética, situación que está siendo valorada a profundidad por las autoridades sanitarias.
En contraste, las intervenciones del delegado de la Organización Panamericana de la Salud, y de la Organización Mundial de la Salud, OPS/OMS, fueron decepcionantes. Se empeñó en sostener, contra toda certeza, que la fluorosis no es una enfermedad, sino un incidente, porque esas entidades rehúyen su responsabilidad en la prevalencia de la misma. Al reclamo de los participantes respondió con el matoneo característico de los burócratas internacionales que defienden no la verdad científica y ética, sino los intereses y beneficios personale, que dichas organizaciones les reconocen por imponer tan riesgosa política para los habitantes de los países tercermundistas.
La fluorosis dentaria es una manifestación clínica tardía de una intoxicación sistémica por flúor, ocurrida durante el período del desarrollo y/o de la mineralización de los dientes afectados. Aunque el foro se financió con base en el Convenio de Cooperación Técnica entre Minsalud y OPS/OMS, los organizadores expresamente titularon “control de intoxicación crónica”, confirmando la condición de enfermedad de la fluorosis.
Al ministro Gaviria se le entregó en su despacho, en noviembre de 2012, un extenso documento, con referencias científicas y con casuística clínica sobre la ocurrencia de la enfermedad en la niñez colombiana. No atendió la solicitud de suspender la fluorización de la sal. ¿Sucederá lo mismo con este foro, realizado por funcionarios de su propio Ministerio?
El Congreso debe citar al ministro a un debate de control político porque, dentro del colapso del sistema de salud, no es aceptable que la fluorosis empeore aún más el bienestar de la niñez colombiana.
El foro "Evaluación y perspectiva del uso del flúor en programas de salud pública, para el control de la caries dental y el control de la intoxicación crónica, como insumo para la formulación de política pública en Colombia”, convocado por la Subdirección de Enfermedades No Transmisibles, del Ministerio de Salud, aportó la evidencia para suspender de inmediato la fluorización de la sal de consumo humano en el territorio colombiano.
Los organizadores acertaron en la selección de los panelistas, enriqueciendo el foro con la presencia de la autoridad mundial en el tema de la fluorosis, el danés Ole Fejerskov, cuyas intervenciones, basadas en abundantes investigaciones y publicaciones en la literatura científica, le imprimieron al evento la altura intelectual y ética para que los entes gubernamentales procedan en consecuencia y suspendan esa medida.
En el mismo nivel se desempeñaron la doctora Ángeles Martínez, de la Universidad de Indiana, Jaime Cury y Marilia Alfonso Rabelo, de Brasil, Franz Göetzfried, de Alemania, y la profesora Stefanía Martignon, de Colombia. José Fernando Valderrama y Sandra Tovar, del Ministerio de Salud, y Sandra Misnaza, del Instituto Nacional de Salud, contextualizaron el estado de la salud oral de la población colombiana respecto a los indicadores de caries y fluorosis dentarias en el marco del Sistema de Seguridad Social en Salud.
Igualmente oportuna fue la inclusión en el programa de las doctoras Patricia Parra y Andrea Álvarez, de la Secretaría de Salud del Departamento del Huila, quienes presentaron el caso de una residente de 15 años de edad, de la vereda El Juncal, municipio de Palermo, afectada por fluorosis esquelética, situación que está siendo valorada a profundidad por las autoridades sanitarias.
En contraste, las intervenciones del delegado de la Organización Panamericana de la Salud, y de la Organización Mundial de la Salud, OPS/OMS, fueron decepcionantes. Se empeñó en sostener, contra toda certeza, que la fluorosis no es una enfermedad, sino un incidente, porque esas entidades rehúyen su responsabilidad en la prevalencia de la misma. Al reclamo de los participantes respondió con el matoneo característico de los burócratas internacionales que defienden no la verdad científica y ética, sino los intereses y beneficios personale, que dichas organizaciones les reconocen por imponer tan riesgosa política para los habitantes de los países tercermundistas.
La fluorosis dentaria es una manifestación clínica tardía de una intoxicación sistémica por flúor, ocurrida durante el período del desarrollo y/o de la mineralización de los dientes afectados. Aunque el foro se financió con base en el Convenio de Cooperación Técnica entre Minsalud y OPS/OMS, los organizadores expresamente titularon “control de intoxicación crónica”, confirmando la condición de enfermedad de la fluorosis.
Al ministro Gaviria se le entregó en su despacho, en noviembre de 2012, un extenso documento, con referencias científicas y con casuística clínica sobre la ocurrencia de la enfermedad en la niñez colombiana. No atendió la solicitud de suspender la fluorización de la sal. ¿Sucederá lo mismo con este foro, realizado por funcionarios de su propio Ministerio?
El Congreso debe citar al ministro a un debate de control político porque, dentro del colapso del sistema de salud, no es aceptable que la fluorosis empeore aún más el bienestar de la niñez colombiana.