Hombres feministas sí existen

Columnista invitado EE
13 de julio de 2016 - 10:18 p. m.

No son pocas la veces que estoy en desacuerdo con uno de los iconos más respetables del feminismo en Colombia —indiscutiblemente la señora Florence Thomas nos ha dado a las colombianas mucha agua liberadora a beber—.

Por Mar Candela*

Es difícil hacer este ejercicio. Se trata de una aprendiz y principiante diciéndole a una maestra que su fórmula está mal. Y que quiere proponer otra fórmula.

Si bien no es la primera feminista del país, sí puedo decir sin temor a errar que es el icono feminista que más resonancia y recordación tiene en Colombia en este tiempo. Y que yo simplemente soy una pensadora empedernida, una apasionada por sanar a la humanidad o al menos el pedazo de planeta que habito. Entro en materia:

Me llamó la atención poderosamente la afirmación que hizo Florence Thomas: “Ningún hombre puede ser feminista; pero sí solidario”.

Definitivamente, en total desacuerdo. Es una afirmación que debemos analizar con pinzas. No acepto esta afirmación porque tengo claro que no debo ser de piel negra para rechazar el racismo, ser lesbiana para defender los derechos humanos de las personas homosexuales o estar enferma para defender los derechos a la vida y salud plena. No debo ser una mujer en condición de marginalidad para luchar contra la marginalidad.

Para mí, es una afirmación infortunada que hace daño a la batalla contra el patriarcado y me resulta desconcertante por venir de boca de una mujer a quien considero brillante.

Estoy convencida de que al feminismo le urge contar con hombres nuevos, justos y libertarios.

Es imposible la existencia de estos hombres si no son vacunados con feminismo. Si ellos no viven como feministas nunca desaparecerá el patriarcado. Solo el feminismo lograra que los hombres entiendan que deben ser mucho más que generosos y bondadosos, mucho más que solidarios. Que tienen que hacer más que una adhesión o apoyo incondicional para la realidad de las mujeres. Solo el feminismo consciente como estilo de vida les hará sentir a ellos que no deben simplemente “apoyar a las mujeres porque son buenos”, o “porque tienen madre, hermanas e hijas”, “o porque les da pesar la realidad de las mujeres”.

Solamente el feminismo consciente como estilo de vida en ellos hará que al fin el micromachismo desaparezca, porque ellos entenderán la necesidad de cuestionar sus privilegios, no como una obligación sino como un deber ético. Solamente un hombre feminista asumirá la tendencia de procurar el bien para las mujeres de manera desinteresada, incluso a costa de intereses personales y de sus privilegios.

Hombres solidarios hay muchos. Y debo agregar que casi todos son unos machitos bien comportados. Machitos que llegan al feminismo con el ánimo de buscar polvos rapiditos y descomplicados pegados al discurso de la libertad sexual de las mujeres. Hombres que se pegan de uno que otro texto feminista y con pose de interesantes afirman cosas como: “Yo comprendo la realidad de las mujeres y su historia; por eso es que yo soy feminista radical”.

Existen hombres feministas de pose, del mismo modo que existen mujeres feministas de pose que solo usan la causa de la mujer para recoger votos y llegar al poder pero cuando están ahí poco o nada hacen realmente por las mujeres.

El utilitarismo político de la causa de la mujer lo tenemos en la derecha, en la izquierda, en el centro y hasta en el anarquismo. Nuestra causa es manoseada por mujeres y hombres, eso es una realidad. No obstante, puedo decir que los hombres feministas, aunque pocos, son reales.

Existen muchos hombres solidarios que no desean dejar sus privilegios y desde su trono “nos ayudan”, hombres que lamentan que las mujeres no tengamos el mismo poder que ellos pero no están dispuestos a abrir cupo a nuestro poder. De esos estamos rodeadas.

Una de las apuestas radicales de Feminismo Artesanal es lograr hacer entender a los hombres que ellos también son víctimas de las políticas patriarcales instauradas por sus antepasados, que ellos han sido maltratados y abusados por el machismo que se les impuso como estilo de vida y que los condena a ser unos castrados emocionales en casi todos los aspectos de la vida —un sistema que les dijo que ser hombre era equivalente a ser un esclavo de una cantidad de normas insensatas sobre lo que es lo masculino-.

Ningún hombre le hace un favor a las mujeres cuando combate el patriarcado y vive el feminismo; el favor se lo hacen a sí mismos. Para mí es claro que su solidaridad, desde su poderío, sin renunciar a su formación heredada, no sirve de nada. Que solo el feminismo puede quebrar la deformación del patriarcado y que cuando un hombre se hace feminista no ganamos las mujeres; gana la humanidad.

No quiero hombres solidarios conmigo por ser mujer. No necesito su simple solidaridad para luchar por mis derechos y por la justicia social para todas nosotras; y no lo necesito porque sé que ese aguado compromiso de los solidarios nos ha dado la libertad con cuentagotas; como también sé que no existe nada que su solidaridad nos haya entregado desinteresadamente. Cada vez que un poderoso político es solidario con las mujeres cobra el favor exigiendo militancia en su partido. O, por ejemplo, les ayuda a llegar al poder político solo para que sean sus títeres, y así entre mil bellezas más.

Los hombres necesitan ser mucho más que solidarios con las mujeres ellos necesitan vivir el feminismo.

* Ideóloga, Feminismo Artesanal.

 

 

 

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar