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Infame persecución

Indalecio Dangond B.
08 de octubre de 2016 - 02:13 a. m.

El atropello y la arbitrariedad de ciertos funcionarios del Gobierno contra la agroindustria de los biocombustibles y de la palma de aceite, tienen en jaque a estos dos importantes sectores de la economía del país.

En lo corrido del año, estos insensatos funcionarios, le han propiciado dos golpes muy duros al bolsillo de 6.000 productores de palma de aceite. En febrero, el Gobierno Nacional, a través del Confis, suspendió los aranceles de importación de aceite de palma y soja por seis meses, con el argumento de bajar la inflación en el país. Esta desatinada medida, disparó las importaciones de aceites en el país, ocasionando una pérdida de $207.000 millones a los productores nacionales. El precio final del aceite al consumidor nunca bajó. ¿Quién le responde ahora a los productores de aceite de palma por este daño económico?

No contentos con esta disparatada medida, esta semana el Ministerio de Minas y Energía, expidió una Resolución mediante la cual congela los precios de los biocombustibles, ocasionando una perdida de $20.000 millones a los productores de palma en el mes de octubre. Paralelamente, el ministerio de Minas y Energía, a través de la cuestionada CREG, expidió otra Resolución, con la cual pretende reducir en casi un 50%, el precio de los biocombustibles (diesel y etanol) a partir de noviembre. Con esta irracional medida, prácticamente liquidan la producción nacional de biocombustibles y de paso le dan su certificado de defunción.

¡Es increíble, que estas cosas estén pasando en el país y en Palacio de Nariño como en el ministerio de Agricultura, no hagan nada! ¿Acaso van acabar con los 150.000 empleos directos que genera este sector en 23 departamentos del país? ¿Quién va a responder por los 5.000 millones de dólares que invirtió el sector privado para cultivar 330.000 nuevas hectáreas entre palma y caña, y en la construcción de varias plantas de Biodiesel y Etanol? ¿Quién va a reducir en adelante los 2.5 millones de toneladas anuales de CO2 en nuestra atmósfera? y ¿Quién va a seguir promoviendo la soberanía energética, si dejaremos de reducir la importación de 20.000 barriles diarios de combustibles fósiles?

Claramente, estos burócratas no tienen ni idea de lo difícil y costoso que ha sido desarrollar esta actividad en medio de la guerra y la extorsión, en unas zonas rurales dominadas por la guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico, sin infraestructura vial, limitadas por el absurdo instrumento de política rural llamado “Unidades Agrícolas Familiares” -UAF- y con la pesada carga tributaria de los impuestos de renta, al patrimonio, Cree, predial, valorización y plusvalía, entre otros.

Señores miembros de la CREG, no sigan buscando el ahogado rio arriba. El impacto del precio de la mezcla actual (90% diésel fósil y 10% biodiesel) es de solo el 8% sobre el precio al consumidor, mientras que los impuestos que se le aplican a su venta constituyen un 14% a ese precio. La amenaza de huelga de los transportadores no se evita arruinando a los productores del campo, los precios competitivos que requiere el negocio del transporte, sólo se logra reduciendo la carga de impuestos que se le aplica actualmente al precio de los biocombustibles.

¡Ya basta de tanta persecución!

Twitter: @indadangond

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