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La triste persistencia de Conmebol

Jorge Tovar
17 de febrero de 2016 - 04:39 a. m.

En octavos de final de la Copa Libertadores de 2015 se enfrentaban los históricos Boca y River. Hace años que los autodenominados “superclásicos” son nulos futbolísticamente hablando. Aun así la historia pesa, y muchos aficionados estábamos pendientes del partido con la tenue esperanza de ver, por fin, un buen partido de fútbol entre los dos poderosos clubes. La realidad hizo añicos la ilusión.

Al saltar River para iniciar el segundo tiempo, unos criminales disfrazados de hinchas de Boca lanzaron alguna sustancia tóxica a los futbolistas millonarios. El partido, tras mucho dudar el árbitro, se suspendió. Más dudó la Conmebol, que escasamente expulsó a Boca de la Libertadores 2015 y lo condenó a jugar los próximos cuatro partidos internacionales sin público.

A días de comenzar la versión 2016, la Conmebol anunció “medidas de gracia tomadas por única y exclusiva vez” para reducir a dos la sanción a Boca. El escándalo FIFA que busca limpiar el fútbol, poco efecto parece haber tenido en Conmebol. El regulado sigue mandando al regulador. No hay fuerza para sancionar al poderoso. Boca se salvó de la que habría sido su justa exclusión.

En Europa, no solo se expulsó por diez años al Liverpool de competiciones europeas tras los 39 muertos de Heysel, sino que también se sancionó cinco años a todo el fútbol inglés. No han sido los únicos. En la ida de octavos de la Copa de Europa de 1991, el poderoso Milan empató 1-1 con el Marsella. En la vuelta ganaba 1-0 el Marsella, quedaba poco por jugar cuando una de las torres de energía se apagó. A los 7 minutos la luz volvió parcialmente, pero Galliani, mano derecha de Berlusconi, bajó al campo y alegó que sus jugadores no veían bien. El árbitro, el Marsella y algunos jugadores del Milan querían jugar. Pero primó la voz del jefe y por primera vez en la historia de la competición europea un equipo se retiró del campo. La UEFA sancionó al Milan con un año por fuera de competiciones europeas. A Galliani lo suspendió por dos años.

Años antes, en 1987, el Madrid había jugado frente al Nápoles de Maradona en primera ronda de Copa de Europa sin público. La temporada anterior, el Madrid había sido eliminado en semifinales por el Bayern de Múnich. Tras haber sido goleado en la ida, pisotón en la cabeza de Juanito a Matthaus incluido; en la vuelta los “ultras sur” lanzaron hasta barras de hierro al portero belga Pfaff. Además del partido ante el Nápoles, el segundo partido debió jugarlo a 300km de distancia, en Valencia.

Aun ante los grandes, la UEFA tiene la mano dura necesaria para castigarlos cuando es necesario. En Sur América no deberíamos esperar a contar muertos para sancionar con el rigor necesario. La decisión de Conmebol es lamentable.

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