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La última oportunidad

Ernesto Guhl Nannetti
13 de noviembre de 2015 - 03:23 a. m.

Las evidencias científicas concluyen que el máximo aumento de temperatura tolerable sin alterar irreversiblemente el clima planetario, es de 2 grados C sobre la de la época preindustrial.

Sin embargo, las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, aumentan continuamente y se estima que si su tasa no se reduce, el plazo máximo antes de sobrepasar el umbral citado es apenas de unos 20 años. Así pues, queda poco tiempo para evitar más graves e insospechados efectos del cambio climático.

Próximamente sesionará en Paris otra reunión del Convenio de Cambio Climático, COP 21. Los resultados de las veinte anteriores han sido insatisfactorios, pues los gobiernos han ignorado las advertencias de los científicos y los desastres originados en el aumento de la temperatura. El lema de la conferencia es “Por un acuerdo universal sobre el clima”. Ojalá esta vez si sea posible.

Se consideró conveniente que cada país preparara su “Contribución Nacional”; sus metas y planes contra el Cambio Climático. Su consolidación sugiere un posible quiebre en la tendencia actual, que conduciría a unos 3.8 grados C, casi el doble del límite de 2 grados. Parecería posible llevarla a 2.7 grados, aún sobre el límite, abriendo una esperanza si los planes se refuerzan.

Con excepción de la Unión Europea, que reducirá sus emisiones de GEI en 40 % para 2030 mediante una fuerte transición hacía energías limpias, los demás países industriales se limitan a reducir la ineficiencia de sus sistemas energéticos mediante ajustes y mejoras. El mensaje es que con esfuerzos más contundentes, sería posible no sobrepasar el límite de 2 grados.

En Estados Unidos esta posibilidad se impulsó con el acuerdo que firmaron los empresarios de ese país con el presidente Obama, para buscar fuentes alternativas de energía y disminuir el consumo de agua. En China se insinúa una “Civilización Ecológica”, para controlar los graves impactos ambientales de su modelo de desarrollo. Si esta tendencia se ampliara, haciendo una eficaz transición energética, existiría una posibilidad concreta de desacelerar el cambio climático.

Nuestra “Contribución Nacional” se sintetiza en el documento titulado “El ABC de los compromisos de Colombia para la COP21”, liderado por el Ministerio de Ambiente. El documento es general y enfatiza más el “qué”, que el “cómo”. Propone la reducción del 20% de las emisiones para 2030 y “descarbonizar” la economía, identificando los sectores prioritarios. Sin embargo en contravía con lo propuesto, el gobierno sigue impulsando, por su importancia fiscal, una economía basada en el carbono.

A mediano plazo, es claro que el carbono perderá importancia a nivel global por sus efectos sobre el clima. El gobierno debe proponerse transformar la matriz energética nacional para liberar a Colombia de su equivocada dependencia del carbono.

Vea la versión completa

* Director del Instituto Quinaxi.

 

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