Publicidad

Maduro buscando el oxígeno internacional

Columnista invitado EE
03 de abril de 2016 - 01:33 a. m.

Una acorralada guerrilla constituida por el Ejército de Liberación Nacional (Eln) —cuya influencia parece ser más esporádica que de significativa amenaza en Colombia— dará inicio a conversaciones de paz con el gobierno de ese país en Venezuela. La noticia no pasaría a más si no es por dos razones.

En primer lugar, porque el grupo insurgente estaría teniendo una capacidad ofensiva muy limitada y debe encaramarse al tren de los acuerdos que finalizan el conflicto interno de Colombia. Esta situación se presenta como más urgente luego de que las conversaciones con las Farc parecen haber cruzado un punto de irreversibilidad desde La Habana.

En segundo lugar, y esto es lo más importante para las actuales condiciones del gobierno de Venezuela, el presidente Maduro espera tener con esto un mínimo de oxigenación en el escenario internacional. El gobierno que dirige desde Caracas sabe que la situación especialmente económica es insostenible. A una inflación que el año pasado habría llegado a 170% se unen el desempleo, la carestía y la inseguridad que han hecho del país uno de los más violentos del mundo.

Estos condicionantes han tenido repercusiones internacionales y ya la OEA, que hasta no hace mucho veía para otro lado, aborda los problemas de Venezuela. Luis Almagro, su actual secretario general, no ha dudado en enfrentar a los grupos de poder atrincherados en el Palacio de Miraflores. Esto ha causado escozor, pero como mínimo se plantean problemas que el “pragmático” secretario general anterior de esa organización, el chileno José Miguel Insulza, prefería ignorar.

Maduro podrá mostrar ante organizaciones regionales —que en la práctica sirven como parapeto al gobierno chavista, incluyendo a la Unión de Naciones del Sur (Unasur) y a la Comunidad de Estados del Caribe y América Latina (Celac)— que se participa en esfuerzos de paz. Y que esto contrastaría con la promoción de violencia, algo de lo que es acusada reiterativamente la oposición en Venezuela.

El gobierno de Caracas busca oxígeno exterior cuando manifiesta claramente que en el frente interno no está dispuesto a ceder en nada. Para una muestra, allí está la negativa de Maduro en cuanto a aprobar la Ley de amnistía de presos políticos. Ser sede de las conversaciones con el Eln también trata de compensar en algo, si es que cabe, la animadversión que enfrenta el gobierno de Venezuela en el exterior, con la elección de Mauricio Macri en Argentina.

* Profesor de la Universidad del Rosario.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar