Pitazo final

Luis Carlos Vélez
21 de marzo de 2016 - 03:07 p. m.

Las estadísticas dicen que la mayoría de los accidentes aéreos o automovilísticos ocurren al final del trayecto, es decir cuando los conductores o pilotos bajan la guardia ante la inminente llegada a la meta.

En los deportes ocurre igual, tal vez es por eso que algunos comentaristas deportivos dicen, aunque suene redundante, que el partido se termina cuando se termina. La misma figura parece estar formándose en el proceso de paz.

La más reciente encuesta para Caracol Radio, emisora de la cual hago parte en su programa 6 am Hoy por Hoy con Darío Arizmendi, realizada por Cifras y Conceptos, revela tres datos que deben generar gran preocupación en el gobierno, pero mucho más en las Farc. El primero es el declive que está teniendo el apoyo a la refrendación de las negociaciones. Según el documento, el porcentaje de gente que votaría a favor de la ratificación de los acuerdos bajó de 61% en diciembre a 57% en marzo.

De la misma manera la tolerancia a los llamados sapos que nos tenemos que comer los colombianos para lograr un acuerdo final con la guerrilla está cayendo dramáticamente. Mientras que en enero de 2015 el 34% de los colombianos estaba dispuesto a permitir que las Farc participaran en política, ahora ese nivel es de tan solo el 20%. Y qué tal este, mientras que en septiembre, 41% estaba dispuesto a permitir que los líderes de esa organización pagaran entre 5 y 8 años en la cárcel, ahora menos de tres de cada diez está dispuesto a aceptarlo. Esto quiere decir que con el paso del tiempo el país está menos dispuesto a respaldar el proceso de paz y menos tolerante a aceptar el costo de lograrlo. Así las cosas, haber fallado en lograr la meta establecida para firmar parece ser mucho más grave y preocupante de lo inicialmente estimado.

Otro factor que debería generar gran preocupación es la baja popularidad del Presidente Santos y su gabinete. La misma encuesta muestra que el mandatario pasa por su peor momento en términos de percepción. La medición para marzo señala que 7 de cada 10 colombianos tiene una imagen negativa del Presidente, mientras que tan solo el 30% una positiva. Y cuando llega el momento de calificar el manejo que el gobierno le está dando a combatir la guerrilla tan solo el 10% lo considera bueno, mientras que el 60% malo.

Estas cifras del mandatario prenden una luz roja en las negociaciones ya que la bandera principal de esta administración ha sido el proceso de paz con la Farc y en un escenario en que su aprobación final depende de un plebiscito, entonces será un verdadero reto hacer que esta vocación no se convierta en una consulta sobre popularidad del Jefe de Estado.

En conjunto estos indicadores deben ser observados con mucha atención por los negociadores en La Habana. Más claro no pueden hablar los números y a través de ellos el país. El mensaje es diáfano: se está acabando el tiempo y ya viene el pitazo final. Se hizo la tarea para llegar a esta instancia pero el cierre de negocaciones debe ser ya. De lo contrario el partido se puede perder y no habrá una oportunidad tan cercana de haberlo ganado. Es ahora o nunca. Ojalá lo entiendan en La Habana y no sigan apostándole a conseguir más concesiones por parte del gobierno, recuerden que aunque la voluntad política del ejecutivo ha sido más que generosa, el país en realidad no los quiere ni poquito. 

 

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