Política y paz en la Feria del Libro

En medio de los miles de libros que ofrecieron y de la multitud de curiosos que fueron a la Feria, hubo muchos compradores y asistentes a foros y a eventos de lanzamiento de nuevos libros.

La presentación del libro —de más de 600 páginas— de Claudia López, ¡Adiós a las Farc! ¿Y ahora qué? Construir ciudadanía, Estado y mercado para unir las tres Colombias, el pasado sábado 30 de abril, fue muy enriquecedora, dados el contenido del libro y la calidad del evento.

Con la coordinación de Juanita León —directora de La Silla Vacía—, además de Claudia —senadora de la República y autora—, estuvieron Antonio Navarro —senador y exgobernador de Nariño— y Sergio Fajardo —exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín— para discutir temas centrales de la investigación que enseña el libro. La discusión giró alrededor de la ausencia del Estado en gran parte del territorio nacional —eje de la publicación—, con gran altura dada la experiencia de Navarro y Fajardo en sus respectivas regiones, además de la capacidad de la autora.

A lo largo de 30 años en nueve procesos de paz —además del actual—, se comprueba que es muy poco lo que se conoce más allá de las desmovilizaciones de guerrilleros y paramilitares. Los impactos de los programas de los gobiernos para llevar el Estado a las regiones y la intervención oficial en varios municipios no figuran en la información oficial y menos en el imaginario de la opinión pública. Esa es quizá la semilla principal de reproducción de las violencias en el país —según el libro—, además de factores diversos que influyen en cada caso, aunque con el común denominador del fracaso en lograr una paz sostenible.

La precariedad de los municipios y las brechas regionales en las capacidades institucionales, además del rudimentario nivel de vida de su población, no han podido solucionarse —incluso se han agravado—, en medio de un territorio diversificado en extremo. La investigación contenida en el libro muestra que, al inicio de los años 70 del siglo pasado —en un país que iniciaba su urbanización—, las tres ciudades más grandes concentraban el 72 % de los gastos del Gobierno Nacional, mientras que los cientos de municipios restantes contaban sólo con el 28 %. Estas “dos Colombias” se prolongaron hasta confluir en las “tres Colombias” actuales: una urbana institucionalizada e integrada, otra semiurbana y semiintegrada y una rural, pobre y desintegrada de las otras, además de que la mayor parte carece de Estado.

El libro muestra que el Estado no se manifiesta sólo en Alcaldías y Gobernaciones, sino que requiere que tenga capacidad de consolidar en el territorio el monopolio de la seguridad, la justicia, la tributación y la provisión de bienes públicos, capacidad que no existe en la tercera de las tres Colombias. Ahí reside el fracaso en lograr una paz sostenible en el país, como lo plantea la autora en su excelente estudio. Por eso es indispensable construir ciudadanía, Estado y mercado para unir a las tres Colombias, focalizando esfuerzos e inversiones para alcanzar una paz territorial.

El actual proceso con las Farc —y el esperado con el Eln— es una oportunidad única para que este Gobierno y los siguientes sepan comunicar a la opinión pública la necesidad de su cooperación para tal logro y para derrotar a quienes mediante triquiñuelas políticas, corrupción, clientelismo y violencia han sabido sacar beneficios para enriquecerse y mantener en la miseria a la mayor parte de la población.