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PSOE y Podemos: un llamado a la unión

Columnista invitado EE
25 de enero de 2016 - 03:07 p. m.

Se abre en España un período de incertidumbre que, en inicio, no debe durar mucho tiempo.

Tras las consultas (simbólicas) que el jefe de Estado ha realizado con todos los partidos políticos con representación parlamentaria, a efectos de proponer un Ejecutivo que se someta a una sesión de investidura, el primer resultado ha sido la negativa de Rajoy a la propuesta extendida por Felipe VI. Rajoy sabe, perfectamente, que proponerse como presidente del Gobierno, y que resulte aprobado, bien por mayoría absoluta, bien por mayoría simple, es sencillamente imposible. Su partido, el Partido Popular, durante estos últimos cuatro años se ha caracterizado por una ausencia de diálogo con el resto de fuerzas políticas que ahora le pasa factura. Tanto, que ni los conservadores nacionalistas están dispuestos a apoyarle y prefieren tender puentes de diálogo con el PSOE.

Lo normal sería que Pedro Sánchez, el candidato socialista, le sucediera en el ejercicio de investidura, aunque lo normal es que, antes de ello, insista en la pertinencia de que el Partido Popular, en la medida en que obtuvo más votos lo haga primero, a sabiendas del desgaste y el rédito político que supone decir “no” en una investidura. Más allá de estas cuestiones, lo normal es que Pedro Sánchez haga valer su candidatura por la simple razón que, tal y como está la polaridad partidista actual, es el único con posibilidades reales de erigirse jefe del Gobierno en España. Para ello tiene dos opciones, tratar de sumar el apoyo de Ciudadanos, e incluir intercambios cooperativos con los partidos nacionalistas conservadores de País Vasco y Cataluña, u optar por una convergencia de izquierda en torno a Podemos e Izquierda Unida, indistintamente, incluyendo a los partidos nacionalistas.

En inicio, y pese a que a los barones tradicionales del PSOE, entre los que se encuentran exdirigentes como Felipe González, Alfonso Guerra o Alfredo Pérez Rubalcaba, conservadores en esencia, no les apetece nada un pacto con Podemos, las prioridades que fungen como urgencias en la actualidad política española, tal y como son el viraje en la lógica de las políticas sociales y la resolución del problema territorial, difícilmente son resolubles sin Podemos. Y es aquí donde el PSOE debe resolver su contradicción interna sobre una premisa clara: si quiere gobernar solo puede hacerlo con Podemos. Otra cosa es que a los barones tradicionales del partido eso no les guste, quizá, porque hace mucho que perdieron su condición de izquierda. Cualquier otra posibilidad, nos lleva a nuevas elecciones, casi con toda probabilidad.

* Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.

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