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'Rescatando al soldado Micolta'

Daniel Mera Villamizar
07 de noviembre de 2015 - 01:45 a. m.

La inmensa mayoría desestima la protesta, lo defiende y contraataca. ¿Lecciones?

La acción contra un estereotipo terminó por amplificar otros estereotipos negativos. De la caricatura del soldado raso, 'bruto' a conveniencia, pasamos a la imagen del negro acomplejado e intolerante. De la ficción y el humor a la brutal realidad y el insulto rabioso. Lo que se llama una 'victoria pírrica', de un costo tan alto que en realidad es una derrota.

El contenido y la forma de la protesta chocaron con la cultura popular y la más intelectual. Que la interpretación del recluta Micolta hiere la auto-representación de una parte de la población negra resulta indiscutible. No sabemos qué opinan los soldados rasos de 'raza negra', pero sí que a muchos de la población afro les resulta indiferente y a otra parte le produce un ligero fastidio. La respuesta de la gente es que se trata de humor y no hay que tomárselo en serio. La contra-respuesta es que tiene efectos sociales serios, y la conversación se pone interesante.

Pero enfrentar el humor con acciones legales, como se entendió, cayó muy mal. Cuando se supo que otros lo habían hecho con acciones físicas, peor. Hay un apego extendido a la libertad de expresión, que se traslada al imitador, y valoración de la autonomía del artista, que el público sintió vulneradas por una demanda contra el personaje, agresiones verbales a espectadores del show y la invitación al artista a recrear juntos el personaje. La reacción ha sido rechazar totalmente la protesta.

El contraataque del público muestra que debe irse con cuidado cuando se trata de temas sensibles a la evolución cultural para no despertar al 'monstruo'. Han aflorado expresiones racistas y muy ofensivas, probablemente de cientos de miles de los mismos ciudadanos que en los pasados Olímpicos y en el Mundial de Fútbol de Brasil querían besar a nuestros atletas negros. Lo que hubiera podido ser una conversación pública productiva y de buenos modales, seguro con menos rating, derivó en una trifulca con una mayoría aplastante, literalmente.

Ahora se redujo el margen social para discutir temas de interés de la población negra que no son evidentes para la mayoría. “Ahí están los resentidos, acomplejados, etc, otra vez con que todo es culpa del racismo”. Un efecto perverso de llamar racista a todo el que no comparta lo que dicen los anti-racistas es que los racistas de verdad quedan bien acompañados y legitimados, con gente avanzada que se ve desanimada a terciar de modo razonable porque la conversación se ha radicalizado.

No son pocas las lecciones de la semana en la que un inmenso público colombiano estuvo 'Rescatando al soldado Micolta' de manos del juicio de unos grupos activistas afrocolombianos. No será fácil reparar esa fractura. Una lección es no poner nunca de vocero universitario de la protesta física a alguien que en su perfil de Facebook diga “Por fin encontré un uso práctico a la Biblia Judío-Cristiana!!!Fire” (con la imagen de un porro de marihuana entre los dedos y rompiendo la biblia). Así se termina de desacreditar cualquier causa. @DanielMeraV

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