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Sin fiesta del fútbol en Internet

Carolina Botero Cabrera
10 de junio de 2016 - 02:13 a. m.

Mientras la fanaticada del Júnior celebra su protagonismo en cuartos de final, en épocas de Internet les piden no compartir su pasión: no tomar fotos o grabar videos, para evitarle al equipo millonarias multas.

El Júnior pide a “todos los asistentes (incluidos los medios de comunicación no autorizados por la Dimayor)” abstenerse de grabar o reproducir total o parcialmente los partidos del equipo. Esta petición se une a la estrategia de los abogados de WinSports y RCN de denunciar (en plataformas como Twitter, Vine o YouTube) las fotos y videos de jugadas que toman y comparten los aficionados por considerarlas infracciones a normas de derecho de autor.

Quien tiene los derechos de la señal de los partidos del campeonato colombiano es WinSports. Esa exclusividad está protegida por la ley que sanciona transmisiones no autorizadas. Pero esa conducta reprochable no es cualquiera; es aquella vinculada con ánimo de lucro y escala comercial, que son las condiciones para que se dé lo que llamamos popularmente piratería. Eso no es lo que hacen los fanáticos. Ellos simplemente toman momentos de su experiencia del partido –que registran con su celular o cámara– para compartir su pasión. ¿Es transmisión una imagen o unos segundos del partido –grabado desde cualquier puesto del estadio–? y ¿cómo afecta eso comercialmente a la señal profesional de WinSports?

Los mecanismos de relación y lealtad que los equipos construyen con sus audiencias son complejos; esencialmente buscan que los observadores se vuelvan fanáticos. En ese contexto, además los medios, que facilitan esa relación, quieren hacer de los fanáticos, clientes. ¿Cómo se hace esto en Internet? Esa es la pregunta que no se hacen WinSports o RCN pero sí —al menos lo intenta—, por ejemplo, Gol Caracol. Con esas “cruzadas” solo ganan animadversión, pues aunque seguramente hay zonas grises de la norma, la defensa de una supuesta prohibición total es una exageración.

Las personas se comunican con su entorno a través de sus experiencias. Expresarlas es un derecho. Discutir lo que entendemos por transmisión indebida –para establecer que una foto, un vine, un gif, no lo es– es importante para preservar una Internet libre, abierta e inclusiva; es defender nuestra libertad para expresarnos, para informar y para informarnos.

 

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